domingo, 3 de febrero de 2008

Ser mala persona

Lo siento, no sé si esto es un error o no, debido a la gente que me lee pero me da igual. Todo tiene un límite y ya basta. Acabo de llegar a casa tras casi 1000 km al volante este fin de semana. Sí, soy una persona muy reservada y tremendamente diplomática pero ahora me da igual. Alguno que otro pensará que eso me pasa por tonto, y seguramente tendrá razón, pero paso de quedarme esto dentro. Hace falta un poco más de autoestima y ser más asertivo. Además, lo tengo clarísimo, tiempo he tenido de meditarlo al volante. Quiero ser mala persona, quiero, pero no puedo, lo cual es de las peores cosas que te pueden pasar en la vida (dejando a un lado enfermedades y otras desgracias).

Soy una persona tremendamente atenta con todos los que me rodean. Seguramente será genético, pero eso se tiene que acabar. Miren, seguramente sabrán que este fin de semana he estado de viaje, en Sajonia, concretamente. Unos compañeros de mi antiguo Instituto de Sevilla estaban de nuevo en Dresden de estancia, y propusieron alquilar un coche para ir todos juntos a visitar castillos y un parque natural en los alrededores de la capital sajona. Comoquiera que alquilar el vehículo sábado y domingo en Dresden salía exactamente igual que alquilarlo en Jena el viernes para devolverlo el lunes en Bayreuth y considerando que yo tenía que hacer una mudanza y que lo que me iba a gastar en gasolina era incluso menos de lo que me hubiera gastado en tren, decidí alquilarlo para ir el viernes a Bayreuth, salir el sábado por la mañana a Dresden, hacer turismo por allí y volver el domingo, sin prisas, a Bayreuth. Sí, yo también sacaba beneficio de esto, me facilitaba bastante la mudanza. De acuerdo.

Hasta ahora todo normal. Imaginen una persona, de nombre aleatorio A, que había mostrado interés en apuntarse al viaje. Pues resulta que A me llama el viernes por la tarde-noche diciendo que quiere venir. Yo le digo que de acuerdo, que voy a ver si pillo una habitación doble en vez de individual y que le llamaré en un rato. Llamo al hotel, hablo en alemán con recepción y todo parece ser posible, habitación doble reservada. Devuelvo la llamada a A para confirmárselo. Yo quiero salir temprano, pero A, no. Además, A vive en mi antigua ciudad, por lo que yo me ofrezco a pasarme por allí a recogerle, lo cual me significan 100 km más de conducción. Pero no, a A se le ocurre una idea sensata y sugiere que él irá en tren a una ciudad que sí me pilla de paso, y que podemos vernos allí, pero a la hora que él ha decidido, es decir, dos horas más tarde de lo que yo quería. Acepto, me parece bien, a pesar de que B, otra persona de nombre aleatorio y que está en Dresden, me riñe por haber llegado tan tarde. Sigue todo normal, ¿o no? Yo diría que hasta ahora es aceptable.

Seguimos. Resulta que conduciendo ya los tres en el coche, nos sorprende un flash, pareciendo que nos han hecho una foto por exceso de velocidad. A traición, señores. No es mi ciudad, era casi en medio de un bosque, sin nada y yo iba algo distraído. No mucho, pero en esa situación es incluso peligroso estar pendiente del velocímetro del coche. Basta con ir a una velocidad sensata, como yo iba. Parece ser que el límite era de 50 km/h y yo puedo asegurar que como mucho iba a 65. Un radar semiescondido y punto. Es un robo a mano armada, de ser así, pero esto le puede pasar a cualquier persona. Pero no sólo eso, sino que poco después, en un pueblo en medio de la nada, sucede esto de nuevo, igualmente con el único propósito recaudatorio. Esta vez aseguro que iba a menos de 60 km/h, porque si ya de por sí soy bastante cauto conduciendo (y quien me conozca lo sabe), ahora lo era muchísimo más. Me reservo por ahora la opinión sobre estos hechos, sólo diré que en cualquier ciudad decente esas máquinas de fotos estarían destrozadas. Dresden no parece serlo. Bien, aceptemos que esto puede pasar, que levante la mano el primero que no haya sido multado (yo tras casi 8 años como condutor hasta hace apenas 24 horas). De acuerdo, dos opciones entonces para los acompañantes del viaje:

a) Pasar completamente del tema. El conductor es el responsable y aunque no lo mereza (no iba a 100 en un sitio con un límite de 50), es su problema. Y yo duermo tran tranquilo.

b) Decir: Hombre, tú has alquilado el coche, has puesto tu tarjeta de crédito, nos has recogido a los dos, eres el que conduce, te has metido casi 1000 km de carretera este fin de semana, eres el que planifica el viaje y lo tienes todo controlado. En definitiva, toda la responsabilidad organizativa del viaje ha caído en ti, y somos todos los que disfrutamos este viaje. Tío, mala suerte. Si te llega algo a casa nos lo dices, y en vez de pagar tú sólo 60 € pagamos 20 cada uno y ya está.

La cosa es que tanto A como B han elegido la opción A, y tan panchos. Y no es cuestión de dinero, ojalá todos los problemas fueran así. Si llega algo lo pagaré y punto, más se perdió en Cuba, como decimos en España. Con el agravante de que no serán 60 €, sino a saber, échenle más de dos ceros. Aunque bueno, no está claro aún que llegue alguna notificación, eso es otra historia. ¿Es normal la opción a? Pues supongo que sí, pero conforme más lo pienso más me reafirmo en mi idea: si yo hubiera elegido la opción a, esta noche me sentiría la persona más repugnante del mundo. Mezquino, es la palabra que lo define. Y ese es el problema, ese es (uno) de mis problemas: tener conciencia. Entonces no queda más que aceptar que todo el mundo es una mierda. ¿Que me estoy equivocando? ¿Que no tengo razón? ¿Que es puro derecho al pataleo? Pues digan ustedes lo que les dé la real gana, que me es indiferente. Y además, sumen ustedes que B ha tenido el descaro de discutir conmigo si el coche consume 7 u 8 litros cada 100 km, es decir, si me tenía que pagar contando el alquiler los 35 € que yo había hecho de cabeza o bien 33,5. Y repito, no es un tema económico, es un tema de relaciones entre las personas.

Pero ahí no queda la cosa, uno de los acompañantes sólo estaba pendiente de su hora de regreso. Si un pueblo no merecía la pena verlo no porque él considerara tal cosa sino no porque visitarlo implicaba perder tiempo, pues no se visitaba. Aquí tengo que decir que por mis santos co***** paramos en esa localidad. La cosa es que A tenía que estar en el pueblo intermedio a las 18.40 para pillar el tren de regreso a mi anterior ciudad de residencia, porque pillar el siguiente tren, 20.40, implicaba llegar a su casa a las 10, algo inaceptable. Bien, de mí salió ofrecerme a llevarlo a Jena y hacer 100 km más. No me importa, así lo sentía y así lo he hecho. Pero me vuelvo a poner en el otro lado: yo no quiero llegar a mi casa tarde, no quiero estar esperando en una estación una hora, meto prisa a mis acompañantes y al final el chico que conduce el coche dice que me lleva a la puerta de mi casa. Sí, yo voy a pagar todo gasto extra que eso implique, pero al final ese chico sí va llegar a su casa a las 10 de la noche, y no en tren tranquilo, sino en coche, de noche, con temperaturas negativas y en un país que no es el suyo. Toma ya. Si sumamos esto a lo de las presuntas multas, yo hoy me daría asco a mí mismo. Vuelvo a repetir, ese es el problema: tener conciencia. Ah, y ni invitar a pasar a casa a tomarse un mísero café y descansar un rato antes de seguir con el viaje.

Les pido su opinión, y con sinceridad. Me da igual quien lea esto. Yo hoy lo tengo clarísimo. Llámeme tonto y estúpido si quieren, están en su derecho. Es la cuestión eterna, la balanza de lo que das y lo que recibes y si luego eso merece la pena. Me es indiferente. Habrá pocas, o muy pocas, pero sí existen personas que no sean malas. Otra cosa es saber el porcentaje. Yo conozco a una de la que estoy completamente seguro, porque así me lo ha demostrado desde hace varios años, y además es una de las personas que sabe que he llegado sano y salvo a Bayreuth porque ella así me lo pidió cuando supo que iba a alquilar un coche y me aconsejó sobre si era mejor ir en tren. Y, si me apuran, creo que conozco a otra buena persona.

En fin, no todo es malo. Además, de todo se aprende. Se me han aclarado muchas ideas en las pasadas horas. Conducir me vuelve bastante lúcido, siendo casi comparable a estar en el agua. Hoy me he pasado por Jena, como habrán leído, y me he llevado una gratísima sorpresa, aunque no se debe caer en el error de que todo es blanco o negro, existen infinitos tonos de grises.

Pues eso, tengo que decir que hoy voy a dormir tranquilísimo y con mi conciencia muy tranquila. Tenía que escribir esto. Gute Nacht!

PS: Pongan ustedes las palabras malsonantes necesarias allí donde crean que sean requeridas, este texto las merece.

11 comentarios:

ansita dijo...

Se dice que no se conoce a nadie hasta que no se viaja con el.

lo mejor de todo, poder dormir tranquilo todas las noches a pesar de todo...

me alegro que estés bien instalado en Bayreuth.

besos

Anónimo dijo...

He llegado a este blog por casualidad, desde que alguien lo apunto en www.spaniards.es y me puse a leer este comentario.
Me recordo mucho a mi primer año en Estados Unidos, cuando salia de viaje con españoles y con algunos, genial, con otros, fatal.
Tiene razon ansita, no conoces a nadie hasta que no viajas con el, o no vives con el... yo tuve amigos con los que me llevo muy bien, pero tuvimos que dejar de ir de acampada o nos pegabamos...
Saludos, yo tambien leo mucho red liberal.
Paco, desde Texas.

Anónimo dijo...

Tropecientas mil veces me han pasado cosas similares a las que describes, cosas que, de haber estado yo en el bando contrario, habrían hecho que mi cara se restregara con el suelo, caída de la vergüenza.

Tener buen fondo es lo peor que le puede pasar a alguien, en serio. Yo me alegro de no haber sacado todo el buen fondo de mi madre, que es el TRAPO de toda la familia. Sus propias hermanas la llaman chacha; es la chacha de familiares, vecinos, conocidos y hasta desconocidos, y lo peor es que no puede hacer nada por evitarlo.

Por cierto: estás nominado.

L. Jacob dijo...

Ser organizador de cualquier evento es algo realmente mal pagado... la mayoría de la gente no tiene remordimientos si no se enfatiza tamaña situación de desagravio...

Cosa que a mí también me ocurre... mucha suerte! saludos desde Kosice!

Compai panita dijo...

Pues debo decirte que tienes razón. Que cada vez hay mas gente que pasa de todo y que le da igual los sacrificios que uno haga por ellos. Desde luego que el tener conciencia te hace al final sufrir y pasarlo mal pero es algo que no puede uno evitar; por mucho que uno diga que va a cambiar o a ser de otra manera pues resulta imposible. Siempre está ahí tu conciencia como una vocecita.
Animo y por favor, no vuelvas a viajar con A y con B.
Saludos,

Unknown dijo...

Joder Albertillo, voy a ser el primero en subir un poco el tono, pero que hijos de puta que son A y B. Suerte en tu nueva ciudad y espero que esas multas nunca lleguen.
Ya lo han dicho por aqui antes, pero es que parece no se puede ser buena gente si no quieres que se aprovechen de ti... y lo mas triste es que es asi vayas donde vayas.
Un abrazo

Clausius dijo...

No hombre, no, tampoco es eso Pedro. Además me parece que al final no va a ser para tanto, de producirse, que esa es otra. Si es lo que me ha dicho mi jefe, estoy por dejar propina y todo. Por llevar la contraria al corcho que no quede.

Es simplemente ver cómo funciona la cosa y cómo se comporta la "gente" y darse cuenta con quién te tienes que comportar bien y quién simplemente no lo merece.

De todas formas, el asunto me empieza a resultar indiferente, que es lo peor que puede pasar, y así lo siento y he interiorizado. Es también cuestión de conciencias...

Danke y abrígate.

Marta Salazar dijo...

si tus amigos te hacen un encargo, significa que lo hacen para que lo cumplas dentro del derecho vigente,

el derecho vigente te prohíbe pasarte de una cierta velocidad, la culpa recae sólo sobre ti,

lo siento jurídicamente, no hay salida.

La responsabilidad es 100% tuya, pues no se puede encargar (olvidé la palabra técnica en castellano, sorry) cometer una acción incorrecta.

Son sólo 25 euros por pasarte 15 kms /hora. Vamos, no es nada!

No te preocupes, es lo segundo mínimo.

No hay puntos en Flensburg :)

cuéntanos cuando te llegue el sobre.

hace unos meses me pasó 3 veces en un mes!!!

en otros países es más caro, en Alemania tenemos aún precios muy bajos.

pero son las reglas y tienen una razón de ser.

Duerme tranquilo y trata de no sonar con los flasch! ja ja, te lo digo porque me ha pasado, ja ja, es cierto, una terrible pesadilla!

Marta Salazar dijo...

"Y además, sumen ustedes que B ha tenido el descaro de discutir conmigo si el coche consume 7 u 8 litros cada 100 km, es decir, si me tenía que pagar contando el alquiler los 35 € que yo había hecho de cabeza o bien 33,5. Y repito, no es un tema económico, es un tema de relaciones entre las personas".

esto ya me parece de mala clase y falta de generosidad y bonhomía, con esos amigos... no necesitas enemigos,

querido Clausius, lo siento!

Clausius dijo...

Marta, eso de "jurídicamente" me suena ya demasiado alemán, jeje.

A ver, no estoy hablando de justicia o no, sino de moralidad. A mí ni se me ha pasado por la cabeza ni se me pasará que jurídicamente tengamos que pagar la multa entre todos. Pero repito, no es por motivos ecomómicos, es por ver cómo se comporta el personal. A lo mejor es que las maneras de pensar y lo "moralmente establecido" cambian de país a país.

Y otra cosa, que no sé si se ha podido pillar, si culpo a alguien en el artículo es a mí, porque de haber actuado yo así, no podría dormir por las noches. Todo es una cuestión de valores, nada más. En eso se centra lo que he escrito, no en criticar a nadie.

Y sí, ya me ha dicho mi jefe que puede salir alrededor de 20 € cada multa. Irrisorio, comparado con España. Yo me esperaba en total unos 150-200 €.

Saludos y gracias por los comentarios.

Daniela dijo...

Llegué a la página de casualidad y, justamente, por la necesidad que una a veces tiene de sentir empatía, así más no sea virtual, frente a las malas actitudes. Acordarse que a todos les pasan y que una no es la única de la cual la gente se aprovecha. Porque a veces esa es la sensación que se tiene, verdad? Pareciera que la gente necesitara que uno "vaya con los botines de punta", como se dice en mi país, para que te respeten. Si no, siempre llega el abuso, por lo visto, tanto en Alemania como en la Argentina. Y lo peor es que es una situación injusta en sí misma, porque siempre descubrís la desconsideración del prójimo despúes de que cumpliste con tu parte de generosidad, es decir, cuando te das cuenta de que no hay reciprocidad, ya entregaste tanto.
En fin, como verás, no puedo decirte nada crítico respecto de lo que sentís, creo que es normal y, al menos yo, todavía no le encontré el remedio.

Saludos desde el otro hemisferio