jueves, 31 de enero de 2008

Thüringen

Hoy toca poner la foto de la ya comentada taza de Turingia...


Zu Hause
Así que, tschüss Thüringen!

miércoles, 30 de enero de 2008

El Este de Alemania

Vaya por delante que no todo es así, y hay que tener en cuenta que la situación ha mejorado bastante, pero aún se pueden ver indicadores del pasado. También depende de la ciudad. En Jena existen, pero no es bastante común, mientras que en otros sitios es más normal. Y como indicadores del pasado, me refiero a las casas donde vive la gente. Hay algunas que parecen estar abandonadas, pero otras siguen habitadas. Uno de los cambios parece haber sido el color de los tejados, según me contó un alemán desde lo alto de la torre de mi instituto en mi primera visita a la ciudad. Según me dijo, antes faltaba el actual material con el que se hacen los tejados de las casas, y eran todos negros. Aún así, al principio choca ver estas cosas, pero siempre uno se termina acostumbrando.

Cerca de donde vivo. En esa casa hay un Döner-Pizzería


Camino del Instituto

Mi Instituto, mismamente

Esto creo que es una residencia de estudiantes de la Universidad

Estación de Saalbahnhof (aparentemente abandonada)

Pisos en Naumburg

De todas formas, para que no se lleven una imagen equivocada de la ciudad, visiten la sección de Jena en mi página de fotos.

martes, 29 de enero de 2008

Jena, ¿ciudad de la luz?


Al menos es lo que parece que se nos vende, como pueden ver ustedes en la foto. A no ser que tenga algo que ver con las industrias de óptica de la ciudad, no comprendo el adjetivo. Quizás en primavera y verano sea una ciudad luminosa, verde, pero tras estos cinco meses que he vivido aquí puedo decir que la luz no es una de las características de Jena. Y no me refiero al típico color gris este tan común por esta zona del país. La falta de luminosidad se aprecia especialmente en las cafeterías, bares y restaurantes. Todos tienen tonos oscuros, marrones generalmente, y una iluminación muy tenue que te hace pensar que estás en un ambiente semiclandestino. No se salva ninguno. O al menos, no conozco otro estilo. De eso me di cuenta en Erfurt, donde estuve en una cafetería junto a la estación decorada con colores vivos y bastante bien iluminada. Por eso pienso que Jena no es una ciudad luminosa.

lunes, 28 de enero de 2008

Die Post

Hoy no puedo salir de mi asombro. Verán, el miércoles por la noche (creo que ya era jueves) eché en el buzón de Correos una carta con destino a España, comprando el correspondiente sello de 70 céntimos que corresponde a un envío dentro de Europa. Lo normal, lo que todo el mundo hubiera hecho.


Bien, esta mañana ha aparecido en mi despacho la secretaria del instituto con esa carta. Imaginen mi sorpresa: "Estos se han creído que el remite es el destinatario y el destinatario el remite, a saber." Pues no, resulta que junto con la carta venía una pegatina que me decía muy amablemente que pesaba más de 25 gramos, por lo que tenía que pagar un sobrepeso, comprando un sello extra de 30 céntimos. Así que ahora tengo que volver a Correos y repetir el procedimiento. Ya saben ustedes, con cuatro folios en Alemania ya te pasas de peso, ténganlo en cuenta.

domingo, 27 de enero de 2008

Dornburg y Naumburg

Tenía que aprovechar este último fin de semana en Turingia y había, por lo tanto, que buscar algún sitio para ir, preferiblemente cercano. Una de las ideas era Chemnitz, en Sajonia, pero quedó descartada por recomendación de la sección argentina, la cual propuso en su lugar un pueblecito que no sale en mi guía turística: Dornburg, en el norte de Turingia. "Perfecto" me dije, "y de paso aprovecho y visito Naumburg, que también está al norte y he leído que tiene una catedral interesante." Dicho y hecho. Les cuento.

Día desapacible el que ha hecho hoy domingo, al contrario que ayer, cuando el sol nos acompañó. Hoy hacía fresco, no excesivo pero sí acentuado por un viento algo desagradable. Además, amenazaba lluvia y, aunque sólo ha llovido levemente, hemos estado en un ambiente bastante húmedo. Por el viento y la lluvia dicen que la sensación térmica ha estado rondando los cero grados. Pero era lo que había...

Lo bueno de ir al norte o al sur desde Jena es que la estación implicada es Jena Paradies, que ahora me pilla bastante más cerca de mi casa. Casi todo el mundo ha huido de Jena este fin de semana, así que el amigo valenciano y yo éramos los únicos interesados en viajar, como la semana pasada en la capital. Tras un breve madrugón (hoy es domingo, recuerden) y con el correspondiente Hopper Ticket, nos plantamos en Dornburg hacia las 10.30 de la mañana. Sólo había un ligero problema: el pueblo estaba en lo alto de una montaña. Así que tocó subir...





El pueblecito, de apenas mil habitantes, es importante por sus tres castillos, Altes Schloss, del siglo XII; Neues Schloss o Rokokoschloss, construido según el estilo italiano en el siglo XVIII y el Renaissanceschloss, del siglo XVII. Estos castillos, con sus jardines, pertenecieron a los duques de Sajonia-Weimar-Eisenach desde la primera mitad del siglo XIX. Desgraciadamente, están cerrados durante el invierno, aunque sí se pueden ver por fuera. Precisamente los jardines del Rokokoschloss eran bastante del agrado de Goethe.


Altes Schloss


Neues o Rokokoschloss


Renaissanceschloss

Y para terminar con la pequeña localidad, paseo por el Markplatz, con un Ayuntamiento del siglo XVIII y la St. Jacobi-Kirche, del siglo XVI.


Rathaus


Iglesia de San Jacobo

Tras esto bajamos hacia la estación y paseamos un poco por Dorndorf, otra pequeña localidad al lado del río Saale, desde donde se pueden tomar fotos interesantes de los castillos.




Vistas desde Dorndorf

Y tras esto, tren a Naumburg, ciudad de unos 30.000 habitantes situada en el sur de Sajonia-Anhalt. También había un ligero inconveniente aquí: la estación está algo apartada del centro de la ciudad, así que tocó pasear un rato. Si bien la imagen que da al principio puede inducir al desánimo, como ya me pasó cuando paramos a hacer un trasbordo camino de Leipzig, Naumburg es una ciudad bonita en la que se puede pasar un día perfectamente. Sí, en el este de Alemania, lo cual se nota, pero con un centro bastante cuidado. Tuvo un floreciente pasado hasta el siglo XVI, cuando era gobernada por obispos que la enriquecieron con sus mercados y monumentos.



Dos son los sitios destacados de Naumburg. El primero es la Catedral de San Pedro y Pablo, del siglo XIII y que, con sus cuatro torres, es el símbolo de la ciudad y el edificio alemán más importante de la transición del románico al gótico.




St. Peter und Paul Dom

Y el segundo sitio, como toda ciudad alemana, el Markplatz, donde están el Rathaus, del siglo XVI, y la Iglesia de San Wenzel, también del XVI y con la peculiaridad de tener las proporciones invertidas, es decir, es más ancha que larga.


Markplatz


Ayuntamiento


St. Wenzel Kirche

También es destacable la casa de Nietzsche, donde el filósofo alemán pasó gran parte de su infancia y juventud y también sus últimos años, cuidado por su familia. Allí apareció el primer gran archivo documental del escritor, encontrado por su hermana.




Nietzsche Haus

Y tras esto, vuelta al Bahnhof y a Jena. Otro domingo más de turismo.

viernes, 25 de enero de 2008

Jacinto Benavente en Jena

Ayer fue otro de los días gloriosos en Jena, y algo surrealista también. Resulta que hay un grupo de teatro formado por estudiantes alemanes de español, llamado Los Locodrilos, que actuaba en el Café Wagner, representando una obra de Jacinto Benavente, Los intereses creados. En español, obviamente. Y claro, uno no se podía peder tal acontecimiento, así que allí nos juntamos la sección española, que sigue creciendo, por cierto. Ayer, entre científicos y erasmus españoles, copábamos la sala. ¡Quién me iba a decir que iba a disfrutar de teatro en español en pleno centro de Alemania! Una pasada.

Cuando uno entra en el Café Wagner, al final de la Wagnergasse, tiene la sensación de retroceder varias décadas en el tiempo. Esas sillas, esas mesas, esos sofás... me recuerdan a algunos sitios de La Alameda en Sevilla. Su encanto peculiar que tiene, también hay que decirlo. Y lo importante, la obra muy buena, y bien representada. Realmente tiene mérito hacer algo así, y más aún cuando no es en tu idioma. Apenas año y medio decía la profesora y directora que llevaba estudiando español alguno de estos alemancitos. Ni de lejos llega mi alemán a su español. Su trabajo merece admiración. Primero por todo el esfuerzo en memorizar, y segundo por la dificultad idiomática. Además, había algunas partes donde el español era bastante coloquial. Le han dedicado tiempo. De todas formas, ¡qué bonito esto de dedicarse a las artes y a las humanidades! A saber por qué estoy yo entre vectores de Burger y dislocaciones y no me dedico a contemplar y retratar la existencia humana, las relaciones humanas, las actitudes de las personas ante la vida y, bueno, los intereses creados.

De todas formas a algo de esto parece que me dedico. Ayer conocí a más españoles, recién llegados a Jena:

-¿Así que tú eres Alberto el del blog?
- Mmm, sí, ¿me leéis? Supongo que D y G os habrán pasado la dirección.
- No, dimos con él por casualidad, por Google. Eres el único que escribe en español sobre Jena.

Cosas así alegran, la verdad, que todos tenemos nuestro lado vanidoso y yo no voy a ser menos. De todas formas no soy el único español que escribe sobre esta nuestra ciudad. Disfruten ustedes también de las cosas del amigo akolostisch, quien también dedicó en su día un artículo al grupo de teatro. A ver si se anima y sube algunas fotos de ayer, él, un barcelonés a una cámara pegado... (0.39, actualización, ya las ha subido)

Y tras la representación nos quedamos en el Café Wagner un rato más. Siempre pasa lo mismo "sólo para una cerveza, ¿eh?" pero al final... bueno, tampoco acabamos demasiado tarde. Aunque al final nos tuvimos que ir porque "gente, los actores se están yendo, pero no sólo es eso, los erasmus también", así que imaginen. Si buena fue la obra mejor fue la posterior tertulia. Y así vamos contando los días...

PS. (Esto va para los locales): Lo de la lechuga finlandesa no era broma.

jueves, 24 de enero de 2008

Catalana en Jena


No consta que haya catalanas en Jena, no se vayan ustedes a creer, pero lo que sí tenemos es un restaurante que se llama así, eine Tapasseria für katalanische Speisen und gehobene französisch / spanische Küche, es decir, donde se pueden disfrutar de platos catalanes y otras delicatessen francesas y españolas. Para mí era uno de los sitios que me quedaban por visitar en Jena, así que, ya que empiezan las despedidas, ayer aprovechamos para visitarlo. No es que mi huida sea inminente, sino que al irse de turismo de Congresos tanto a California como a Barcelona dos de los integrantes de la jenanensis Spanish community la semana que viene, había que hacer algo oficial.

Y así lo hicimos, allí que estábamos siete españolitos disfrutando del lugar. Muy ingenioso el juego que hizo la sección canaria con el orden presentado de las servilletas rojas y amarillas, que simulaban la bandera catalana: esta p'abajo, esta p'arriba, esta se quita.... y hala, así queda más bonita la mesa. Sólo hubo una pequeña pega, y es que nos hemos alemanizado ya bastante, ya que todos bebimos Schwarzbier en lugar de vino. Y la comida, bastante buena, lo cual para un restaurante de este tipo fuera de España es todo un logro, aunque también hay que decir que en relación a la cantidad presentada este restaurante se sitúa dentro del grupo de los de precio elevado. Pese a eso, un día es un día y se puede visitar. Como yo vengo diciendo, ya somos doctores hechos y derechos...

¿Qué comimos? La idea era seguir la sana costumbre española de tapear y compartir, así que pedimos varios tipos de alioli (estupendos), pan tumaca (bueno, Pa amb tomàquet, que luego dicen que hiero sensibilidades), pimientos fritos, chorizo, butifarra negra, patatas bravas, queso, aceitunas en aceite de oliva, berenjenas con jamón, un poco de solomillo de ternera y, de postre, una crema catalana.

Tras esto nos fuimos al Irish, buscando un sitio sin humo donde poder estar sentados tomando algo y seguir con la coversación. Lo malo de salir en días de diario es que no se suele aguantar mucho, así que tras la correspondiente sidra, a casita.

miércoles, 23 de enero de 2008

Erfurt

La capital de Turingia, en Alemania central, es una bonita ciudad medieval de poco más de 200.000 habitantes, con edificios bastante cuidados y muy bien conservados. Pero aparte de esto, es una ciudad agradable, con sus comercios, muy alemana y donde se podría vivir sin problemas. Quizás no se pueda comparar con Leipzig o Nuremberg, ciudades que la doblan en población, pero es indudable que Erfurt tiene su encanto.


O la visitaba este fin de semana, o lo dejaba para el siguiente, por eso la idea de ir el domingo. Lo que pasa que nadie se quería apuntar. El valenciano estaba enfermo y al resto no les atraía en exceso la idea. Para colmo, no avisé como es debido a la sección argentina. Así que la noche del sábado, tras llegar algo tarde a casa, decidí que pasaría el domingo en casa, me levantaría tarde y quizás saldría luego a tomar un café o similar. Pero una cosa son los planes y otra es la realidad. El domingo empezó mal: me desperté a las 9 de la mañana. El sábado me había pasado lo mismo, y me da bastante rabia que pase esto, para un par de días que puedo quedarme un poco más en la cama. De todas formas lo volví a pensar, y viendo que estaba nublado y que eso de ir solo no me apetecía demasiado, desestimé definitivamente la idea. Pero amigo, a las 10.20 recibí una llamada de teléfono del amigo valenciano, que había tenido una recuperación milagrosa, desde Jena West, donde habíamos quedado por mail. Algo que jamás se me hubiera pasado por la cabeza, porque entre uno que estaba malo y el resto que desistía, consideraba imposible que alguien se presentara allí. Pues no fue así, y bueno, al final me convenció, me levanté y me fui para la estación. Pillamos el siguiente tren, a las 11.36.

La Deutsche Bahn permite comprar un billete por 6 € para viajar todo un día en trenes regionales en un radio de 50 km alrededor de la estación elegida. Hopper ticket se llama el invento. Llegamos a Erfurt tras casi media hora de trayecto. Ya conocía algo la ciudad, en concreto los alrededores de la estación, que visitamos en Diciembre volviendo de Eisenach. El día era fresco, pero sin ser excesivamente frío, sólo algo de viento. De hecho llevaba el abrigo de invierno sevillano y no el alemán. Aunque estaba nublado, la luz era buena para hacer fotos. Me gustaban las condiciones meteorológicas, algo melancólicas. La estación de trenes es nueva, y da a una plaza bastante amplia, la Willy Brandt Platz. Allí hay una oficina de turismo, donde nos dieron un mapa y me compré una taza con la bandera y el escudo de Turingia.


Willy Brandt Platz

Tras esto subimos por la Bahnhofstraße hasta Anger, la zona comercial por excelencia de la ciudad, donde se encuentra el edificio central de correos.


Anger

De ahí, fuimos a la Fischmarkt, cuyo nombre se debe al antiguo mercado de pescado que existía allí. En esta plaza, presidida por un San Martín con uniforme de legionario romano, patrón de la ciudad, se encuentra el Rathaus, ayuntamiento, construido a finales del siglo XIX y de estilo neogótico. Por allí se ven muchas casas palacio interesantes, en especial en la Marktstraße, donde destaca la Allerheilegenkirche, Iglesia de todos los Santos, constuida en el siglo XII y reconstruida cien años después tras un incendio.

Rathaus


Marktstraße, con la Allerheilegenkirche

Al final de esta calle se encuentra la Domplatz, plaza donde están los dos edificios más notables de la ciudad: la Catedral, de estilo románico tardío y con bonitas vidrieras, y la Severikirche, construida entre los siglos XIII y XV. Me gustan los tejados con ese característico tono verdoso.


Domplatz


Catedral (izquierda) e Iglesia de San Severo (derecha)

Entratanto bajamos a la plaza del Ayuntamiento para comer algo, justo en el lado derecho del edificio, en un sitio bastante cómodo y agradable. Y por último, de nuevo junto a la Domplatz, se alza la Petersberg, una colina que domina el centro histórico de la ciudad en la que se encuentra una fortaleza militar, la Zitadelle, con sus murallas correspondientes y una puerta barroca de entrada. Los primeros restos datan de inicios del siglo VIII.

Entrada a la Ciudadela

Y tras esto, vuelta al Hauptbahnhof destino Jena West. Otra ciudad añadida a la lista. Hagan lo propio si alguna vez visitan la zona.

martes, 22 de enero de 2008

Rosenkeller

Tras el genial sábado de la semana pasada llegó un apoteósico jueves, del que no hay crónicas. Por esta razón, superar aquello este sábado pasado se antojaba como una misión harto difícil. Todo tiene un límite y hay cotas insuperables, pero ahí estuvimos jugando el partido. Y sí, pasamos una agradable noche.

La idea era ir el domingo a Erfurt, capital de Turingia, y de paso tomarnos unas cervezas la noche antes. Así fue, los componentes de la sección española jenaensis iniciamos la andadura en el Café Central, en pleno Marktplatz. Nos hemos hecho amigos de la camarera, que ya nos conoce y todo. Yo empecé con una Schwarzbier pero esta vez no hubo pincho de aceitunas, pan y queso. Nunca me habían gustado las cervezas negras hasta que llegué a Alemania, tómenlo como un dato curioso. Allí discutimos sobre el Ikea, sobre lo de siempre, y sobre los fregaderos de emergencia mientras te instalan el definitivo. Esta manía alemana de mudarse y llevarse hasta la cocina no me termina de convencer a mí del todo...

Salimos, con algo de lluvia, y nos encontramos con un par de amigas alemanas. Al final me convencieron y acabamos en el famoso Rosenkeller. Hay varias paradas que uno tiene que hacer si realmente quiere conocer Jena: la Jentower, el Planetario, el Museo de Óptica y el Rosenkeller, una especie de pub subterráneo con galerías y varias salas y con posibilidad tanto de bailar como de sentarse a tomar algo. A veces organizan actuaciones. Como dice en la Wikipedia, Ältester Studentenclub ist seit 1966 der Rosenkeller in der Johannisstraße. Hier finden unter anderem jede Woche mehrere Konzerte unterschiedlichsten Genres statt, es decir, que es el club de estudiantes más antiguo de la ciudad, desde 1966, en el que se pueden disfutar de conciertos varios. De todas formas creo que es un lugar con más historia, medieval incluso. Aquí se reúnen al parecer los estudiantes desde hace siglos. Y algo me han contado sobre la importancia del Rosenkeller en la actual bandera alemana.


Por suerte el ambiente no estaba muy cargado de humo, aparte de que no había demasiada gente. Tiempo hacía que yo no iba a sitios de este estilo. Por un lado porque nunca me han llamado excesivamente la atención y por el otro porque ya se hizo común en mi grupo de amigos de Sevilla salir a cenar en plan tapitas por aquí, cervecita por acá y si luego se quiere algo más, copita en la calle Betis o en la Alameda (yo siempre intentaba que fuera en esta última). La buena vida sevillana. De hecho desde California y la visita a Santa Bárbara de la sección catalana de Irvine creo que no entraba en un sitio similar. Y bueno, eso de ponerme un sello en la mano, ich glaube, dass es das erstes Mal in meinem ganzen Leben gewesen ist. En fin, un día es un día. Y tras las cervezas con la correspondiente práctica del alemán, bajamos a las catacumbas. Música soviética, sí señor. Un contento y feliz amigo acolostisch me comentó que ya por fin había descubierto el este. Curioso, eso de moverse entre oda y oda al kalashnikov. Por unas horas parecía que el muro aún seguía en pie. Tuvo aquello su gracia, la verdad.

Y así discurrió la noche del sábado. Ya creo que me puedo sentir realizado en Jena, aunque creo que me falta visitar otros de los lugares emblemáticos de la ciudad, con nombre de ciudad del norte de África. Y lo de Erfurt, dada la hora y el cansancio, parecía que la visita estaba condenada a la suspensión. Parecía, si, he escogido correctamente el verbo, pero eso ya será otro artículo.

domingo, 20 de enero de 2008

Perder la esperanza

[Inciso: no me pasa nada. Es más, salvo por las dos últimas Rosenpils que me he tomado esta noche, estoy perfectamente. Es simplemente una idea que me ha venido hace apenas 10 minutos, mientras volvía a casa y cruzaba un puente sobre el río Saale, con el agua discurriendo debajo de mí. El agua, ¡qué tendrá el agua!]

No es algo nuevo. La vida no tiene sentido, y al final Alberto (otro, no yo) va a tener razón. La felicidad consiste en la pérdida de la esperanza, en no esperar nada. From lost to the river, como diríamos en español. Simplemente no merece la pena. Puede que existan momentos de supuesta felicidad, o de felicidad relativa, pero serán siempre pasajeros: tal y como vienen, se van. Cuando no se tiene nada que ganar, ni se espera ganar algo, ni tampoco perder, cuando todo lo que te rodea, material o no, te resulta indiferente, cuando no buscas significados a nada, ahí, esa es la posición más cercana a ser feliz, si es que esto existe...

viernes, 18 de enero de 2008

Grandes frases Jenaenses

Al final es lo que queda en el recuerdo. Frases tanto en español, como en inglés como en alemán. Iré haciéndolo poco a poco, conforme me vaya acordando. Aparecerá todo desordenado, pues. Quizás este artículo sólo tenga significado para los que hemos estado aquí, pero creo que nos lo merecemos. Vaya como homenaje. Señores y señoras de por aquí, se aceptan ayudas para completar la lista:

¿Mi opinión sobre Jena? Pues no sé, quizás Magdeburg sea peor

De tanto ir al asiático este al final me van a nombrar el cliente del mes (incomprensiblemente esa frase resultó tremendamente graciosa para mi jefe)

- Prefiero a ir a un sitio cubierto, hace algo de frío
- ¿Que hace frío? (a lo que acompañó una mirada sonriente como diciendo: pues te vas a enterar)

Jena me estresa

No, es que V se va y como es una chica muy educada te pregunta si debe lavar el vaso que ha usado para beber.

Hola me llamo xxxxxx y soy xxxxxxx

Jena cabe en el Tiergarten de Berlín

Sí, hay que salir de aquí como sea

¿Soy el único que está contento y feliz aquí en Jena?

¡Hay que ver cómo fuman estos hijos de puta!

Sois todos unos gilipollas

En alemán todo lo que termina en chen significa pequeño, como, por ejemplo, Albertochen (mientras ponía la mano derecha a la altura de sus rodillas con la palma mirando al suelo)

La cuestión es que te tienes que buscar algo que hacer. Yo por ejemplo me he propuesto beber todos los tipos de cerveza alemanas, ya llevo más de 100.

¿Y tú quién eres y qué porras haces aquí? (Acto seguido la chica se levantó, se puso la bufanda y el abrigo y dijo que se tenía que ir)

- Bueno U, si eso pillas la bici y nos vemos en el semáforo para volver juntos al Instituto
- No, mejor yo voy solo que así voy más rápido

Paso de pillar mil trenes regionales, creo que nosotros somos ya doctores hechos y derechos y podemos ir en ICE

- ¿Tú estás seguro de que no hay que llamar a este teléfono para que venga el autobús?
- No sé, pero total, nos bajamos andando (inciso, varios km desde lo alto)

No, yo me voy a tomar una sopita

- Ayer a las 8.15 de la tarde me llama mi jefe para preguntarme si estaba recogiendo
- Bueno, el miércoles le dio al mío por empezar una disertación conmigo a las 8 de la tarde

En el Real venden una "paela" española congelada que está muy bien, tienes que probarla (ya hablaré de esto otro día)

¿Macarena? ¿Ahí es dónde vives? ¡Pero si eso es una canción!

No te hagás el importante.... contá qué hiciste el sábado

Che, cuántos varones que hay en la lista?!? Bue, al menos podremos hablar tranquilos de fútbol y de mujeres

Será cuestión de empezar con tiempo... mates de por medio claro!

Por desgracia no voy a poder ir a la reunión de este jueves, y me da pena perderme las distintas opiniones sobre metafísica y sobre las relaciones internacionales. ¿Puede alguien tomar notas y pasármelas?

Aquí lo que nos falta es una baraja de cartas y un trivial

¡Joder qué coñazo! No paran de caer cosas del cielo

Tú cómo me ves, ¿como alemana o como mujer?

Pues la verdad es que no termino de pillar la relación entre el socialismo y estar en pelotas

España está llena de españoles y de olivos

Lobeda is a state of mind

jueves, 17 de enero de 2008

Señales raras

Pese a que el amigo acolostisch me robó la primicia, a servidor le queda bastante material en la recámara. Si no, pasen y vean, justo debajo de mi primera casa:


¿Qué debe hacer un españolito de a pie en plena Alemania si se encuentra con estas señales? Además, aparecen de frente, no de lado, paralelas a la calle, que es como suelen estar este tipo de señales en España. ¿Puedo parar? ¿Es válida esa indicación en todo ese lado hasta que haya una intersección? ¿Para qué está la señal de prohibido aparcar debajo? ¿Es una redundancia? ¿Hacia donde apunta la flecha? ¡¡¡Ayúdenme!!!

domingo, 13 de enero de 2008

Cena de Navidad o postnavidad o loquesea

Este era el título del correo inicial, escrito por servidor, cuyo contenido era el siguiente:

Bueno gente, ya de vuelta en tierras germánicas, supongo. Menos mal que no hace excesivo frío e incluso hoy tenemos sol. Espero que los Reyes Magos os hayan echado muchas cosas y que el año haya empezado medianamente bien. A ver, tenemos pendiente una cena en mi "casa" para celebrar la Navidad o el fin de ella, según cada cual y sus gustos. La idea es hacerla el sábado que viene por la noche, intentaré reservar una sala en mi residencia. Necesito saber quién se apunta. Y también sugerencias respecto a lo que podemos hacer y voluntarios/as para preparar platos típicos de la zona de cada uno. Alberto

PS. Espero no dejarme a nadie en la lista, ya sabéis que todos son
invitados...

PS2: Lo del sábado no excluye no vernos antes para así poder llorar en
nuestros hombros...

Tras un intercambio de 31 correos electrónicos más, sin contar los privados, organizamos ayer la famosa cena de postnavidad que teníamos pendente y que habíamos acordado antes de irnos a pasar la Navidad en casa. Y tengo que decir que ha sido una de las mejores experiencias que he tenido en Jena, sólo comparable a una cena en un restaurante mexicano en Diciembre y a la salida de la última carrera de Fórmula 1 de la temporada pasada en el Cheers American Sport bar.

Ayer hablando con Luis, un postdoc de Córdoba casi vecino mío aquí en Jena, concluimos de regreso a casa que cuando eres nuevo en un sitio las dos primeras semanas sueles estar solo, lo cual también agradeces porque sirve para desconectar un poco; a partir de ese momento empiezas a conocer gente, pero no es hasta pasados unos dos meses, tras conocer y pillar confianza mutua, cuando tienes un grupo de amigos donde hay buen rollo y confianza. No pasamos de ahí en nuestro razonamiento. Pues bien, ayer nos lo pasamos genial, al menos yo. La idea era bien clara: para superar el regreso a Jena tras las Navidades teníamos que reunirnos todos para hacer una especie de cena navideña, en Enero. Esta semana se ha demostrado que la idea era bastante buena, porque no sólo fue duro mi regreso, sino que así parece haber sido la tónica general.

Así que reservé la cocina y un salón del edificio donde vivo, con la idea de hacer una celebración medianamente pequeña. Pues no, al final nos juntamos 20 personas: un chico y tres chicas de Argentina, dos chicas y tres chicos de México, una chica de Italia, dos chicas alemanas y una chica y siete chicos españoles. Por mis manos pasaron 24 huevos, lo que corresponde a 3 tortillas de patatas de 8 huevos cada una. Ayer decidí hacerlas poco después de comer, para no ir con prisa, y pasarlas por el microondas un poco antes de la cena. Salió bien. Las alemanas dicen que fue lo que más les gustó, aunque no sé si fue una respuesta diplomática a mi pregunta. La cuestión es que me salieron muy ricas, ya le he pillado el truco a las placas de inducción que tengo en casa y ya no se me queman. También puse un poco de queso, chorizo y salchichón patrio.

Preparación

Resultado

La sección argentina, Mariana, Paola, Sofía y Pablo, se dedicó a hacer empanadas y una especie de tarta de carne. Comparon la masa, la harina, y la amasaron y rellenaron ellos. Todo acompañado de mate, una especie de infusión que al parecer les daba energía para trabajar. Lástima de que nuestro horno fuera limitado, pero les quedó todo fantástico.

Preparando la masa

Paola y Mariana, rebosando felicidad, enfriando la carne según el típico estilo alemán consistente en sacar las cosas a la calle

Las chicas alemanas, Catha y Pini, trajeron una deliciosa tarta de fresas estilo alemán y dulces de manzana. Pablo, Verónica, Carolina, Alí y Carlos, sección mexicana, se ocuparon de las bebidas y de los snacks. Y al final los españoles: Luis trajo croquetas, Francisco, turrón de Jijona, Raúl trajo cava, jamón y dulces, Daniel, sobrasada y una ensaimada, Guillermo y Ana (italianerin), otra tarta y Carlos y Ana, que al final se nos unieron, más bebida. Espero no haberme dejado a nadie ni nada. Pero eso no fue lo más importante, porque lo mejor fue la compañía.

Gol norte, mexican sector

Gol sur, argentinian sector

Los argentinos son increíbles. Normalmente en una conversación siempre llega el momento en el que hay pocas cosas de las que hablar, se para un poco y al rato suele aparecer otro tema y se empieza de nuevo. Bien, con los argentinos esto no pasa, siempre tienen temas para hablar, y nunca se les agotan. Además, con ese acento tan característico, cualquiera no queda rendido a su pies. Yo creo que a los españoles nos hipnotizan, y lo saben, nos tienen pillados por nuestro punto débil. Hubo momentos de un monólogo entre ellos cuatro sobre el tango y el folklore en el que los españoles que quedábamos nos mirábamos entre nosotros con cara de admiración y asombro. Sin embargo les ganamos, ya que tras la cena salimos a tomar algo y ellos se apearon antes de tiempo. Ahí, la armada española resistiendo hasta el final y venciendo por retirada del rival...

Excepcional todo, y como sé que muchos de ustedes os pasáis por aquí, sólo me queda daros las gracias.

jueves, 10 de enero de 2008

Pásate a la pasta (italiana)

Esa ha sido una reciente decisión. La comida es la comida y es una de las mejores inversiones que haces en ti, tanto física como mentalmente. No tengan duda de esto. Si bien la pasta de la marca del Mercadona es aceptable, comprar pasta alemana de la marca blanca del Edeka no me compensa, he comprobado que hay una diferencia sustancial de sabor con las marcas traídas de Italia, como Buitoni o Barilla. Es de las cosas por la que no importa pagar un poco más, y eso voy a hacer a partir de ahora. Benvenuto!

martes, 8 de enero de 2008

La vuelta

Decía en el artículo del día de vuelta que ya me había acostumbrado a viajar solo y que viajar acompañado era toda una novedad. Algo así ha vuelto a pasar.

Eso de levantarse a las 5.30 de la mañana no es para nada divertido, más aún después de dos semanas sin tener que madrugar, y más aún si uno está acostumbrado de por vida a trasnochar. Dos horas dormí esa noche. ¡Qué poquitas ganas de levantarse cuando sonó el puñetero móvil! A lo que sumamos las ya de por sí pocas ganas de volver a Alemania, como pudieron comprobar ayer. Para la próxima vez, ya que tengo que madrugar, me volveré a pensar pillar el primer vuelo a Madrid, a las 6.35, que me permite volar a Frankfurt o Berlín a las 9 de la mañana, y así evito estar tirado en Barajas 3 horas, que eso cansa mucho.

Mucha gente en el aeropuerto, cosas del día 7 de Enero y del fin de las vacaciones. La cosa se alegró porque me facturó un amigo que conocí en la piscina, en aquellas épocas en las que yo nadaba. Ya lo había visto en los mostradores de Iberia otras veces, pero nunca me había tocado a mí. Y bueno, dada la situación de ayer encontrarte con alguien que medio conoces y que te recibe con una sonrisa y un "¿a que no te acuerdas de mí?" siempre es agradable. Si por casualidad llegas a leer esto, muchas gracias señor Sebas. Precioso el viaje a Madrid, por cierto. Ese amanecer, esos tonos de color naranja, esas nubes que te hacían pensar que estabas sobre una superficie nevada, esas montañas que sobresalían... de cine.

Ya en Barajas aterrizamos en la terminal 4S, que generalmente es el edificio para vuelos con destino fuera de la Unión Europea. Cuatro veces había pasado yo por allí, yendo y viniendo a Suiza y a los Estados Unidos. Pero eso no me importaba, tenía tiempo de sobra y me pude tomar un café en el Starbuck que está por allí, el cual me trae muy buenos recuerdos porque fue el primer sitio en el que estuve nada más llegar de los estates el año pasado, siendo recibido por una chica sudamericana muy amable y simpática. A lo mejor fue la misma la que me preparó el delicioso Frapuccino de chocolate que me zampé allí, sentado en un cómodo sofá. Lo que sí es bastante mejorable en Barajas es el control de seguridad al bajar del tren para entrar en la T4 desde la T4S. Lamentable se puede llegar a decir. Primero porque no entiendo por qué hay que pasar de nuevo un control, cuando todos lo hemos pasado ya en el aeropuerto del que venimos, aunque estoy dispuesto a aceptarlo, sus razones tendrán y la seguridad es cosa de todos, como se dice; y segundo, porque la mayoría de las entradas estaban vacías, con lo que la cola era grande. Vale que tengamos que pasarlo, pero pongan más personal y abran más puertas y aligeren el proceso.

El avión de Frankfurt salió con una hora de restraso que pasamos dentro del avión. El comandante nos dijo que faltaban 40 maletas y que había decidido esperarlas. Trilingüe era el tío, casi como yo. En este tiempo me hice amigo de la chica que se sentó a mi lado, alemana ella pero que dominaba el español de España de una forma envidiable. Estuvimos hablando durante el viaje de las cosas de las que se habla en estas situaciones, véase qué haces en España/Alemania, diferencias y parecidos entre estos países, qué has estudiado, sitios que has visitado en el mundo, experiencias con aviones y aeropuertos etc. Muy bien todo, aunque el cansancio me pudo al final y domí un poco. La chica también viajaba posteriormente en tren desde el aeropuerto de Frankfurt, a Stuttgart en su caso.

Y luego, tren a Weimar y a Jena, en el que dormí la mayor parte del tiempo. Y hoy, vuelta al trabajo. Ya que era el primer día me he permitido el lujo de llegar a media mañana. Al jefe le han gustado mucho el jamón, el queso y el turrón de Alicante que le han echado los Reyes Magos en España. Hoy hemos tenido sol aquí en el este de Alemania, por cierto, y no ha hecho mucho frío. Ya estamos preparando la cena de postnavidad que vamos a celebrar el fin de semana que viene. Todo va mucho mejor, por lo que pueden ver. Lo de ayer fue una pequeña pájara, normal, tras volver. Gracias, obviamente, por los comentarios y los mensajes de cercanía.

Y bueno, cada momento tiene su música, y más ahora con tantos cacharros que permiten llevártela a cualquier lado. Y esta es la melodía de ayer


Me está volviendo a gustar La Oreja de Van Gogh y estoy descubriendo ahora su tercer disco. Y esta canción, Perdóname, es genial, en especial el estribillo. Ese "donde la vida da igual" me resultaba tremendamente significativo. Es de las canciones que escuchas por primera vez y te absorben, es como si conocieras esa canción de toda la vida. Y además en español. Esa era lo que sonaba ayer dejando Barajas...

Y con esto se acaba definitivamente el tiempo de asueto y también pongo fin al modo cursi, que ya está bien. Aunque quien sabe...

lunes, 7 de enero de 2008

Zu Hause

Ya he llegado, ya se ha acabado lo bueno. Como en Octubre, tras 14 horas de viaje volví a estar en mi casa en Jena, que afortunadamente estaba ordenada y relativamente limpia. No hace mucho frío, lo que también se agradece.

Pero ahora eso no cuenta, ahora, aunque seguramente sea algo pasajero y exagerado y mañana habrá desaparecido, me siento en el más profundo de los vacíos. Es como si en una vida pasara hubiera sido una persona muy mala y ahora tuviera que pagar por eso. No sé qué hago aquí, lejos de casa, hoy se me escapa la razón. Hoy todo ha perdido el sentido y un gran nudo se ha apoderado de mi garganta...

domingo, 6 de enero de 2008

Y para acabar la Navidad...

...no hay nada mejor que un rosco de Reyes, de nata en este caso.



Espero que os hayan echado muchas cosas los Reyes y que tengáis un buen regreso a la vida rutinaria. Todo lo bueno se acaba, afortunadamente, porque así podrá volver a llegar de nuevo.

martes, 1 de enero de 2008

Feliz 2008

Un año más, Salud y Libertad para todos