domingo, 31 de diciembre de 2006

San Francisco (II)

El viernes de acción de gracias llegó pronto y yo me desperté solo en la habitación de hotel. Isabel se levantó cuando aún era de noche con la intención de disfrutar de las supestamente extraordinarias rebajas de ese día. El Macy's, unos grandes almacenes estilo El Corte Inglés, abría a las 6 de la mañana. Pura locura consumista, desde luego.

Yo decidí quedarme en la cama un poco más, que se estaba muy calentito. Hacía frío ese viernes, de hecho creo que San Francisco puede ser comparable a Madrid, en cuando a temperaturas se refiere. Por la calle la gente iba con abrigo, guantes e incluso gorros.

Union Square en un frío día de Noviembre

Yo había quedado con Arantxa en Union Square hacia las 9.30 de la mañana. Por cierto, que en el centro de la plaza hay un gran obelisco en nuestro honor, conmemorando la victoria norteamericana ante las tropas españolas en Filipinas, a finales del siglo XIX. Arantxa es otra becaria que estaba de estancia en Los Ángeles y nos conocimos a través de foros de investigadores. Dio la casualidad de que ese mismo fin de semana, sin avisarnos mutuamente, coincidimos en San Francisco. Con ella quedé por la mañana, para pasar el día; con otros españoles que sí vivían en el área de San Francisco, Javier y Ana Belén, quedaríamos por la noche.

Lo primero que hicimos fue acercanos a las oficinas de turismo para comprar un abono del transporte público, ella se lo compró para tres días. Seguidamente fuimos a intentar desayunar en un Starbuck de la calle Market. Luego fuimos a pasear por el distrito financiero. San Francisco de día es otro, impresionante los edificios, tan tan altos. Por una vez desde que había llegado a los Estados Unidos, tenía la sensación de estar en una ciudad. San Diego también entraría en esa definición, pero quizás no tanto.

Market Street



Edificios de Financial District

Y, andando, llegamos al puerto. Supongo que cuando no había puentes que comunicaran San Francisco con el resto de los Estados Unidos, los barcos serían un buen negocio. Ahora también salían, pero no sé hasta qué punto será algo turístico. San Francisco se encuentra en una península unida al resto del mundo por el sur. Desde el puerto, el embarcadero, se tienen vistas preciosas del Bay Bridge, uno de los puentes famosos de San Francisco, que lo comunica hacia el este, Berkley y demás ciudades.

El Embarcadero, Puerto de San Francisco

El Bay Bridge, salida de San Francisco hacia el este

Vista del Distrito Financiero desde el puerto

La meteorología estaba de nuestro lado, teníamos un día bastante claro y un impresionante cielo azul. El frío poco a poco se iba disipando. De allí fuimos al hotel, pasando por Chinatown y de nuevo por parte del distrito financiero. Allí cogimos el coche y nos dispusimos a conocer en persona al famoso Golden Gate, no sin antes visitar el cercano Palacio de las Artes. Más estilo europeo es difícil de encontrar.

Bonita estampa, en nuestra calle Grant de Chinatown (ver nombre también en chino) con un tranvía

Chinatown

Palacio de las Artes

El Golden Gate impresiona. Dicen que a veces la niebla lo tapa completamente, pero no era el día. Formando parte de la autopista 101, es la salida de la ciudad hacia el norte. Salir es gratis, pero entrar, no, hay que pagar un peaje. Vimos el puente desde distintas zonas y finalmente dedicimos no traspasarlo en coche, ya que no teníamos demasiado tiempo, la noche empezaba a amenazar. Lo que sí hicimos fue pasear por él a pie. Desde él se puede disfrutar de maravillosas vistas de la ciudad y de la isla de alcatraz. También se venían muchos barcos de recreo. Bonita imagen, sin duda.

Con Arantxa y nuestro amigo el Golden Gate. Foto tomanda por una pareja de alemanes de Chicago

El Golden Gate

Paseando por el puente

Con la ciudad y su distrito financiero al fondo

Isla de Alcatraz

Nos pusimos en contacto con Isabel, que andaba por la Universidad de Berkley. Quedamos con ella en la Misión española, hacia el sur, pero antes hicimos una parada facultativa en el Golden Gate Park, otro parque inmenso e impresionante que merece ser visitado durante un día entero. Vimos de refilón parte del jardín japonés y el jardín botánico.

Entrada al jardín japonés, Golden Gate Park

Jardín Botánico en el Golden Gate Park

Yo ya me manejaba perfectamente por las calles de San Francisco. Además estabamos siguiendo las famosas 49 millas, un recorrido por toda la ciudad para hacer en coche y ver todo lo visitable. Sucede que no estaba demasiado bien señalizado, la verdad.

Para llegar a la Misión española pasamos un poco por el famoso barrio de Castro, que creo que es el mayor barrio gay del mundo. Una bandera arcoiris estilo bandera de España en la Plaza de Colón en Madrid nos daba la bienvenida. Las calles también estaban decoradas con banderitas en cada farola. Era como el patriotismo norteamericano, pero en gay. Lástima de ir conduciendo y no haber podido hacer fotos, pero llama la atención.

Y en la Misión, hacia la calle 16, nos encontramos con Isabel. Puro e inequívoco estilo español, aunque ya estaba cerrada. Dio la casualidad de que nos encontramos con otro grupo de españoles. Ellos vivían en Las Vegas y pasaban, como nosotros, el fin de semana en San Francisco. Se sigue demostrando que somos una plaga...

Misión española en San Francisco

De ahí volvimos al centro, dejando a Isabel de nuevo en la zona comercial para que siguiera comprando. Arantxa y yo seguimos con nuestro periplo. Ya eran más de las 6 de la tarde y, por supuesto, la noche había llegado. Aparcamos el coche en el hotel, descansamos un poco, nos tomamos un café y fuimos de nuevo a Union Square. A las 8 habíamos quedado con los otros españoles. Isabel apareció pronto y Javier se hizo de rogar un poco. Al final lo localizamos, aunque fue algo dificilillo. Ana Belén no vino finalmente. Luego se nos disculparía. Así que Javier, Arantxa y servidor nos dispusimos a cenar. Isabel al final decidió no venirse, tenía que aprovechar las últimas comerciales del día.

Mi jefe nos había recomendado un restaurante español. Es cierto que ir a este tipo de restaurantes cuando no estás en España es un riesgo, y seguramente saldrás defraudado. Pero a mi jefe le gusta mucho la comida en general y la española en particular, así que confié en él. Y la verdad que tenía toda la razón, un muy buen restaurante español. Comimos una paella, pan con jamón y tomate y una ensalada, además de los postres. Totalmente recomendable si están en San Francisco. No duden en pasarse por la calle Belden, cerca de la puerta de Chinatown y de nombre B44.

Restos de nuestra magnífica cena española

Una última vuelta nocturna por la zona del centro terminó con la jornada, totalmente agotadora pero completamente satisfactoria. Acompañamos a Arantxa al albergue juvenil donde se quedaba aunque al ver que había bastante gente por la calle, noche de viernes, llegamos sólo hasta la mitad de camino. Lo mismo hicimos con Javier. Isabel, como podrán adivinar, ya había vuelto a aparecer. Gran segundo día en San Francisco, sí señor.

Vista nocturna de Union Square. Navidad en Noviembre

Con Javier en Union Square

domingo, 10 de diciembre de 2006

¡Cuidado! ¡Coches de snowboard cruzando!

Curiosa señal en el Sequoia National Park

viernes, 8 de diciembre de 2006

San Francisco (I)

El puente de acción de gracias, del 23 al 26 de Noviembre, era la ocasión perfecta para desconectar del trabajo y hacer un viaje largo. Yo no lo dudé: San Francisco. El tiempo nos volvió a acompañar, mucho sol aunque con algo de frío.

La ciudad está a unas 340 millas de Santa Bárbara, unos 550 km. Esa es la vía corta, por la autopista 101, pero se puede tomar la carretera 1 y disfrutar de todos los acantilados del Big Sur, lo cual conlleva un aumento considerable del tiempo de viaje y, como tampoco estábamos sobrados del mismo, fue una excusión que se perdió.

Camino de San Francisco

El miércoles por la noche recogimos el coche, un Chevrolet Malibú. Era un coche algo más grande de lo que nos hubiera correspondido, así que de lujo. El jueves por la mañana al alba salimos para San Francisco, hacia las 7.30 de la mañana. Paramos a tomar un café e incluso Isabel condujo un poco, todo un logro. En el camino vimos edificios de Google, Yahoo, Microsoft y otras empresas de tecnología. Sólo nos encontramos con algo de atasco a la entrada de San Francisco, donde llegamos hacia las 3 de la tarde.

Llegada a San Francisco con el distrito financiero al fondo

Una vez allí localizamos el hotel, Grant Plaza, cerca de Union Square y a la entrada de Chinatown, dejamos el coche en el aparcamiento (20 $ por día, barato para ser el centro de San Francisco) y comenzamos la visita turística. El hotel estaba bien. No es lujoso pero es bastante aceptable para una buena visita. En total, con el aparcamiento, pagamos unos 210 dólares por las dos noches.

Lo primero era, evidententemente, Chinatown, el barrio chino, que, por un momento, te hacía olvidar que estabas en los Estados Unidos. Calles con nombres en chino, decoración y tiendas de aquel país. Un buen sitio para comprar recuerdos baratos. Sin embargo, no fue hasta la zona italiana donde procedimos a comer. Yo me tomé unos espaguetis carbonara e Isabel, para variar, una ensalada. La verdad es que la comida no fue nada del otro mundo, pero era tarde y apenas teníamos donde elegir. Luego, como siempre, fueron apareciendo muchos más restaurantes italianos con mucha mejor pinta, pero ya era tarde.

Puerta de entrada a Chinatown

Calle Grant

Transamerica Pyramid, desde Chinatown

Íbamos andando hacia el norte, camino de la Coit Tower y del Fisherman's Wharf. Nos encontramos con la Columbus Avenue y la Washington Square, con la Iglesia católica de San Pedro y Pablo. En San Francisco hay muchas cuestas, por eso son famosos los tranvías para subirlas.

Iglesia de San Pedro y Pablo. Washington Square

Calle Lombard, atención al final

Finalmente llegamos a la Coit tower, desde donde se tiene una vista interesante de la ciudad. No subimos porque ya casi era de noche y no creímos que mereciera la pena. Eso sí, tomamos bonitas fotos. Allí tuvimos el primer contacto con los dos famosos puentes de la ciudad y con la isla de Alcatraz. Para ir a visitarla se recomienda reservar el billete de barco, pero yo no lo hice y ya era tarde, en un fin de semana tan turístico parece que no quedaban plazas. Otra vez será. Además, había otras miles de cosas más que ver.

Coit tower

Isla de Alcatraz

Golden Gate

Bay Bridge

Con el paso del tiempo y la desaparición progresiva del sol, el frío amenazaba, comparando con las mangas de camisa en las que se podía estar en Santa Bárbara. Allí en San Francisco un jersey era poco incluso. De la Coit tower fuimos al Fisherman's Wharf y su famoso Pier 39, donde hay muchos muelles y restaurantes para comer seafood. También hay unos famosos leones marinos que se dedican a hacer ruidos para atraer a los turistas.

Pier 39

Leones marinos

Isla de Alcatraz de noche

Vista nocturna de San Francisco desde el Fisherman's Wharf

La siguiente parada, bordeando el mar y camino hacia el oeste, hacia el Golden Gate, fue la Ghiraldelli Square, famosa por la fábrica y tienda de chocolates. Sólo por entrar te regalan una chocolatina.

Ghiraldelli Square

Allí pillamos un autobús que nos dejó cerca del hotel, porque la temperatura seguía bajando. Nos abrigamos y fuimos a pasear por la zona del centro. Era la noche de acción de gracias y no había mucha gente por la calle. Casi todo estaba cerrado, así que sólo pudimos ver las calles de noche e informarnos del horario de las tiendas para la mañana siguiente. Las rebajas de acción de gracias son famosas aquí, abriendo las tiendas hasta a las 6 de la mañana. Yo, naturalmente, apenas estaba interesado. Lo curioso fue ver una cola en una tienda de ordenadores con supuestas ofertas contadas de 9 a 12 de la noche.

Tranvías en Union Square

Union Square

Ya dije que casi todo estaba cerrado, casi todo. Unos cines en el centro estaban abiertos. Y había algo de gente, no mucha, pero no estaba vacío. No me imagino una sesión de cine a las 22.30 horas el día 24 de Diciembre en España, pero me parece muy bien que estén abiertas. Yo encontré un 7 eleven abierto y me compré un sandwich de pavo para cenar, que para eso era acción de gracias y yo estaba dispuesto a ser un norteamericano más. Finalmente nos tomamos un café en el Starbucks del cine. Y de ahí para el hotel, con un paseíto por el distrito financiero de por medio.

Edificios altos del distrito financiero de noche

De esta manera acabó el primer día en San Francisco. Hacía fresquito, aunque bastante superable si estabas bien abrigado (también es verdad que nosotros no estamos acostumbrados, puede ser como el clima de Madrid) y apenas tuvimos luz natural para verla. Pero quedaba aún el segundo día...

viernes, 1 de diciembre de 2006

Vinos, bodegas y viñedos y más colonia española en California

Y el tiempo pasó y nos plantamos en el fin de semana del 18 y 19 de Noviembre. Ese fin de semana tocaba hacer de anfitriones. En Irvine, en la fiesta a la que nos dijo Mike que debíamos ir, conocimos a algunos catalanes. Sus Universidades tienen acuerdos para que vengan aquí a hacer másters y además hay una especie de fundación que les paga los gastos de estudio. Podéis saber más en el blog de Vito.

Dos de ellos, Francesc y Marcel, vinieron ese fin de semana en su coche a Santa Bárbara. Yo los acogí muy gentilmente en mi casa. Ese sábado empezamos comiendo en el restaurante del puerto, junto a la orilla del Pacífico en plena playa. Lo que para nosotros era el almuerzo para los americanos parecía ser la cena. En ese restaurante tienes cacahuetes a discrección.

Almorzando (5 de la tarde) en The Harbor Restaurant

La tarde del sábado la pasamos por Santa Bárbara, calle State y alrededores, y cenamos en un italiano. Se nos unió Jordi, otro estudiante de Barcelona que ya estuvo en el grupo americano de aquí y que volvía este año. El pobre tuvo problemas para entrar a los Estados Unidos desde México. A la primera no le dejaron entrar por Tijuana, porque él venía de estar en la Universidad de Guadalajara, México. Finalmente tuvo suerte y le dejaron pasar al día siguiente. Cosas algo desagradables...

Zona comercial del Paseo Nuevo en Santa Bárbara

Bandera de España en plena California

La noche la terminamos en una especie de pub local, escuchando música americana de dudosa calidad, aunque aquello era divertido, había cada fauna por allí... que daba miedo. Me pidieron el carnet para entrar, y es que eso de la edad aquí lo llevan muy en serio. Por cierto, no sabéis la de señales que se ven bajo la lámpara de ultravioleta en los carnets y tarjetas de crédito, curioso. Lo bueno de esos sitios es que no se puede fumar. Es la primera vez que al salir de un local así no estaba apestando a humo, lo cual se agradece. Eso sí, a la 1.30 de la noche se cerraba el invento. Además, ya se encargaba personalmente la policía local de que se cumplieran las normas de horarios de cierre. Como en España...

Al día siguiente visitamos de nuevo la Misión de Santa Bárbara. De nuevo tuvimos suerte, y es que nos hizo un día maravilloso.

Puerta de la Misión de Santa Bárbara con Francesc y Marcel

Interior de la Misión de Santa Bárbara

Luego emprendimos camino hacia el norte. Cerca de Santa Bárbara, detrás de las montañas y por la zona de Santa Inés, hay muchos viñedos y bodegas. Los vinos de Californa son famosos, ya que tienen un clima muy parecido al de España, muy apropiado para cultivar casi de todo. Pecamos de turistas y fuimos a las bodegas famosas, ya que por lo visto es mejor ir a las pequeñas, donde te dan algo más de cantidad para degustar. En la bodega de Firestone la degustación de 6 vinos (como un dedo cada copa) costaba 10 dólares. Al menos te dejaban quedarte con la copa. Visitamos la bodega y degustamos vinillos locales. Estaban bien aunque, por supuesto, los nuestros son bastante mejores. Donde haya un Ribera del Duero...

Viñedos Californianos

A Isabelita le gusta el lujo

Bodegas de Firestone


Disfrutando de las degustaciones

Bajo el sol de California con Francesc, Marcel y Jordi

Intentamos comer tipo picnic en un pueblo llamado Los Olivos. Ya veréis la foto, aquello parecía la américa profunda. Da un poco de miedo pensar en cómo serán los pueblos de Estados más céntricos, como Colorado, Nevada o las Dakotas.

Calle de Los Olivos

Y finalmente visitamos Solvang, un pueblo danés. Por lo visto allí se instalaron emigrantes daneses y construyeron el pueblo a su medida. Es bonito. Se pueden comprar dulces típicos daneses. Además, la Navidad estaba ya llegado y lo tenían muy bien adornado.

Solvang

Nos faltó ver la misión de Santa Inés, pero ya saben, con esto del horario de invierno anochece muy pronto, a las 5 de la tarde casi. Y así terminó el fin de semana. También nos lo pasamos muy bien, se agradeció bastante la compañía.