jueves, 27 de septiembre de 2007

FC Carl Zeiss Jena


Ayer fui a verlo, equipo de la segunda división alemana. Mi jefe va de vez en cuando y me preguntó si me apetecía ir a ver el partido, contra el Offenbach, cuarto en la liga, frente a la última posición del Jena.

Al final nos juntamos 5 personas del instituto. Se puede comprar la entrada por internet, pagas con tarjeta y te imprimes un código de barras que te leen al entrar en el campo. Viva la técnica.

Y sí, ganamos. Primer partido que voy a ver, primer partido que gana el Jena en la temporada. Ya sólo somos los terceros por la cola, con 4 puntitos, jeje.

Y encima me lo pasé bien, aunque el partido no fue gran cosa y pese a que no comí ninguna bratwurst ni bebí ninguna cerveza, debido al horario del partido, 5 y media de la tarde. Es curioso como la mayoría de las canciones que se cantan en los campos de fútbol alemanes tienen la misma música que las que se cantan en España, con distinta letra e idioma, evidentemente. Y los insultos y comentarios al árbitro supongo que serán similares. Pese a que no me enteraba eran evidentes...

Por lo demás, llegaron la lluvia y el fresco a Jena, tras el veraniego fin de semana pasado. Una lástima. Y el sábado, de vuelta a mi apartamento original. Parece que la semana que viene me instalaré en el definitivo. A ver si es verdad. Pendiente está el artículo sobre Dresde, que requiere algo más de tiempo de redacción y preparación. Intentaré subirlo mañana.

viernes, 21 de septiembre de 2007

¿Y qué hacemos con Marte?

Escaleras que tengo que subir todos los días para ir a mi Instituto

Eso es lo que se estará preguntando mi jefe ahora, de reunión en Roma. Mientras tanto yo me he estado preguntando algo así como "¿cómo porras preparo yo las muestras de las narices?"

Eso es, entre el jefe en reunión importante de la NASA (donde hay calidad, hay calidad...) y el resto del grupo de vacaciones, durante unos días vuelvo a ser el responsable de mi grupo alemán. Esto en principio suena bien, pero cuando uno es nuevo y hace las cosas por casi primera vez, el estar solo a pesar de ser el jefe no es agradable. A fin de cuentas eres el jefe de ti mismo, mal negocio...

Finalmente las muestras que tenía que preparar me han salido hoy. En realidad es sencillo: se corta una loncha muy fina de la roca en cuestión, se pega en un portamuestras de cristal, se pule hasta 30 micras de espesor (hasta ahí lo hace la técnico) y luego se localizan en el microscopio óptico las zonas interesantes, donde se pegan con otro pegamento unas rejillas de metal muy pequeñas. Pasado un día se mete todo en acetona, de tal forma que el primer pegamento (el de la roca con el portamuestras) se disuelve pero el segundo (el de la roca con las rejillas), no. Se corta lo que quede de roca por el contorno de las rejillas y hala, muestra preparada.

Suena fácil, ¿eh? Pues tiene su truco. Para empezar ayer el pegamento que se disolvía era el que no debía disolverse. La primera en la frente, colega. Volví a pegar las rejillas que se despegaron y hoy he terminado el proceso. No ha estado mal, ya le pillé el truco: de 7 me han salido bien 5. Me considero satisfecho. Aquí se acaba la semana laboral, el lunes, más y mejor.

Por otra parte, ya me he enterado de la razón de la mudanza. Ayer me mandaron una carta los de los apartamentos dándome explicaciones: van a cambiar el suelo, poner conexión a internet y comprar muebles nuevos. Por esa razón debería estar entre 2 y 4 días en otro apartamento. Como contraprestación por las molestias de la mudanza, me rebajan el alquiler de este mes en 50 €, un detalle, la verdad. Sucede que lo que eran 2 días en mi caso van ya por 5, y seguramente la semana que viene entera también. Así que parece que la razón no era que hubieran bichos en mi planta, como creí entender y de hecho pensé al encontarme nada más llegar a mi nuevo apartamento 3 arañas gigantes. Entretanto sigo como de paso, sin deshacer la maleta y sin asentarme definitivamente. De todas formas en un par de semanitas me mudo definitivamente a mi nuevo apartamento, más cerca de mi Instituto. Por cierto, sigue sin ser definitivo porque aún no sabemos nada de la posible mudanza a Bayreuth. Las cosas de palacio van despacio, aquí en Alemania también.

Muestra de lo que me encontré en mi nueva habitación

Y sobre el resto de asuntos noticiables de la semana, el martes estuve con mi jefe en el SportBar de la Marktplatz viendo el partido del Real Madrid contra el Werder Bremen. Me sorprendió que los alemanes celebraran los goles del Werden Bremen como si fuera su primer equipo. En un bar de Sevilla la gente generalmente se hubiera alegrado con los goles del Real Madrid, pero no en exceso, no se trata de un equipo de la tierra. Quizás eso de que el Jena esté en segunda división favorece la identificación con otros equipos...

Además, tengo que encontrar urgentemente un sitio donde cortarme el pelo, como se puede comprobar tras las fotos de Berlín, y es que ya no me merece la pena peinarme antes de salir de casa, porque en cuanto haga algo de viento llega el caos absoluto. Tarea dificil esa de buscar peluquería cuando se vive en el extranjero. Uno está acostumbrado a su peluquero de siempre, al que ya no dice nada cada vez que va a cortarse el pelo, porque se lo tiene más que sabido. Afortunadamente yo no pretendo peinados extraños y supongo que será sencillo comunicarme en alemán.

Nada más, este finde visitaré Dresden, aprovechando el buen tiempo que tenemos, con solecito y unos 23ºC. Así que la semana que viene tendrán las fotos correspondientes. Schönes Wochenende für alle.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Berlín

Allí estaba yo, en la capital de Alemania. Tras mucho planear fue la ciudad escogida para pasar el Sábado. Alberto y Pablo vendrían desde Dresden, en combinación de trenes regionales con el Schönes Wochenende Ticket para no tener que aflojar más de 100 € cada uno. Lo de los trenes en Alemania es una pasada, y me refiero a lo económico. Yo ya me agencié la Bahncard 50, aprovechando las últimas semanas con 26 años (cuesta la mitad), que me permite pagar la mitad del precio normal del billete por el módico importe de 106 € al año. De esta manera el precio del tren es normal, 50 € ida y vuelta a Berlín desde Jena en un tren de supuesta alta velocidad. Digo supuesta porque hasta Leipzig apenas pasaba de los 120 km/h, aunque después rondaba los 200.

La llegada se produce a la Estación Principal de Berlin, der Hauptbahnhof. Creo que la inauguraron hace un año, con la excusa del Mundial de fútbol. Es una pasada, bien situada muy cerca del dentro y bastante organizada. Me gustó. No sabía exactamente dónde iba a estar situada, pero al salir y ver las banderas del Reichstag, me orienté perfectamente. Y ahí fue donde empezó nuestra travesía por la capital alemana. Para aquellos que pasen un día en Berlín, este artículo puede serles de gran utilidad. Berlín es una ciudad tranquila, para nada noté la presión que sientes en otras ciudades, quizás por los espacios grandes, porque puede que no hubiera mucha gente y por el fresco y el vientecillo que teníamos. Y me pareció también una ciudad muy segura. Creo que sería una buena ciudad para vivir. El recorrido que seguimos es el siguiente, desde la Estación Principal de trenes hasta la Alexanderplatz, marcando las zonas de interés:


1- Hauptbanhof; 2 - Reichstag, 3 - Momumento al soldado soviético; 4 - Puerta de Brandeburgo; 5 - Checkpoint Charlie; 6 - Gendarmenmarkt (Catedrales alemana y francesa); 7 - Bebelplatz; 8 - Berliner Dom; 9 - Rotes Rathaus y 10 - Alexanderplatz y Fernsehenturm.

Lo primero que se ve es el parlamento, destrozado en la segunda guerra mundial y reconstruido recientemente. Dicen que se puede subir gratuitamente y ver la ciudad desde arriba, pero había algo de cola y decidimos que no nos merecía la pena. Junto al Reichstag hay un extraño monumento, que parecen ser una especie de lápidas sucesivas. Creo que tienen que ver con el incendio del año 1933 que catapultó a Hitler al poder.


Hauptbahnhof

Reichstag

Muy amplia esa zona de Berlín, con el Tiergarten de fondo. Era la zona de nadie durante la guerra fría. Y del Parlamento, nos desviamos un poco hacia el oeste en dirección al monumento al soldado soviético, en el que también se ven dos tanques, supuestamente los primeros con los que el ejército soviético entró en la ciudad en 1945. Hasta el colapso de la DDR ese monumento estaba vigilado por soldados soviéticos.

Monumento al soldado soviético

Tanque soviético

El siguiente es uno de los símbolos de Berlín por excelencia, la Puerta de Brandeburgo, gobernada por una cuadriga y dando entrada al paseo Unter den Linden con sus Tilos a uno y otro lado. Allí paramos a tomarnos un döner en uno de los puestos de la vía central, que había algo de hambre a esas horas. Aparte de la embajada rusa, hay bastantes tiendas para turistas en esa avenida. Un poco más hacia delante se gira a la derecha por la Fiedrichstrasse en dirección al Checkpoint Charlie. Hacia el otro lado se puede ver la famosa estación de tren, en alto, que separaba los dos antiguos Berlines. El apodo lo dice todo, y es que es conocida como el palacio de las lágrimas, por las despedidas que se daban lugar allí.

Puerta de Brandeburgo

En la Fiedrichstrasse se encuentran también muchas tiendas, incluyendo la francesa Galeries Lafayette. Por allí paramos a tomarnos un café en un Einstein Café.

Con Pablo. Nótese la ropa de los dos españoles del sur frente a la camiseta de mangas cortas del lugareño alemán

Zwei Kaffees mit Albertos

Uno de los puntos más turísticos de Berlín es el Checkpoint Charlie, único punto donde se podía pasar del sector americano al soviético. Allí se pueden ver los famosos carteles y banderas americanas. Lo curioso es que justo al entrar en el sector americano uno se encuentra con un Subway y un Starbuck, cosas de la vida...


Checkpoint Charlie

Desde el Checkpoint Charlie volvimos a subir por la Fiedrichstrasse en dirección a la Gendarmenmarkt, una plaza muy amplia donde se puede ver la Deutscher Dom, la Französiche Dom (que son prácticamente idénticas) y el teatro.

Deutscher Dom vista desde la Französicher Dom, en la Gendarmenplarz

La siguiente parada es la Bebelplatz, con las Bibliotecas, la Humboldt Universität y la Catedral de San Hedwig. En el centro de la plaza se puede ver un sótano con estanterías vacías blancas, ya que fue en esta plaza donde los nazis empezaron a quemar libros.

Bebelplatz

Parada para tomar un chocolate (pretzel en mi caso), observar la Berliner Dom, junto al río y ver la Schlossplatz, donde se encontraba el Palacio Real que fue destruido por los soviéticos hacia 1950 para convertir el espacio en las zonas de desfiles militares de la DDR. Ahora es un parque. Por allí también debería estar en antiguo Parlamento, aunque sólo vimos un edificio en ruinas y en obras, pudiera ser... Y la visita finaliza con el Rotes Rathaus, acutal ayuntamiento de la capital con sus ladrillos rojos, la torre de la televisión (llamada la venganza del papa, por la forma de cruz de su sombra) y la Alexanderplatz con su reloj universal. Cervecita bávara y vuelta para la estación de tren.

Disfrutando de las especialidades alemanas

Berliner Dom

Rotes Rathaus

Fernsehenturm

Reloj universal de la Alexanderplatz

Valoración bastante positiva de una ciudad tremendamente marcada por la historia, cuyos detalles se aprecian casi en cada rincón. Una ciudad que llama la atención, no como París o Londres, tal y como decía mi libro turísico, aunque no por eso deja de perder interés. También he leído que está llamada a ser la capital política de Europa, afirmación que comparto. Me gustó Berlín, sin duda, aunque me queda muchísimas cosas que ver aún...

viernes, 14 de septiembre de 2007

La semana alemana

Récord de veces que he salido a cenar fuera: martes, miércoles y jueves. La de ayer la hubiera evitado porque estaba cansado y tampoco tenía excesivas ganas, pero a fin de cuentas uno es un chico hospitalario y se esfuerza. El martes vino un profesor suizo que trabaja en Francia, y el equipo directivo del grupo salimos a cenar con él. Miércoles y jueves ha estado en el Instituto un chico suizo que quería hacer unas medidas de microscopía y le hemos acompañado en las cenas correspondientes. La del miércoles con otro posdoc del grupo y la de ayer con el jefe. Es increíble la cantidad de cerveza que pueden tomar los alemanes, zampándose del orden de litro y medio cada noche. Para mí hay un momento en el que no puedo más, generalmente a partir de la segunda. Y el daño colateral de esta semana ha consistido por lo tanto en tres noches largas casi totalmente en alemán, que supongo que será la única forma de soltarse con el idioma de las narices. De todas formas estoy en desventaja. Los que me conocen saben que de vez en cuando, para animar almuerzos y cenas varias me dedico a lanzar comentarios que se vuelvan contra mí, para que así mis amigos se metan comigo, lo que da pie a que yo luego me meta con ellos y al final acabamos a carcajada limpia. Pues como mi jefe es un cachondo y me llevo bien con los compis ayer me dio por hacer un comentario del frío que hacía y otro sobre el restaurante asiático tipo furgoneta-caravana de comida rápida al que vamos de vez en cuando, y es el que ma parece más sano hasta ahora. Concretamente dije que me iban a hacer cliente del mes (todo en alemán). El cachondeíto que tenían conmigo por el tema del frío, que ya vería yo en invierno con n metros de nieve lo divertido que me iba a resultar aquello y también por lo del restaurante (lo cual, sinceramente, no tiene tanta gracia. Definitivamente los alemanes tienen un humor raro). Lo que pasa es que yo luego no les puedo responder como quisiera, porque es complicado hacerlo en alemán y también incluso en inglés, son muchos matices y muchas ironías y no hay manera. Les dije que estaba en clara inferioridad y que no sabían lo cruel que servidor podría llegar a ser, pero que se fueran preparando para cuando tenga soltura con el alemán.

De las cenas destaco una frase del profe suizo que me llamó la atención, y es que nos dijo, ante mi comentario de que el Alemán suizo me resultó algo complicado de entender cuando visité aquellas tierras, que el Hochdeutsch (lo que viene a ser el Alemán estándar) es la primera lengua extranjera que se estudia en la Suiza alemana, jeje.

Ayer tuve una reunión medianamente larga con mi jefe y poco a poco me voy enterando más del tema. Le gustó el borrador de proyecto que yo había redactado la semana anterior y cambió sólo algunas cosas y, además, me dijo que estaba bien que estuviera leyendo y aprendiendo por mi cuenta y luego le preguntara las dudas. Quizás la semana que viene tengamos las primeras muestras y pueda empezar a hacer medidas. En otro artículo hablaré de la historia de mi jefe en este Instituto y de sus inicios, que en la cena de ayer nos la contó.

Y por lo demás, este fin de semana seguramente me daré una vuelta por Berlín. Tengo que intentar sacar la Bahncard 50 esta tarde, con la que los viajes en tren salen por la mitad de precio (y se hacen, por lo tanto, normales y pagables) y ver las conexiones. Aunque la curiosidad más destacable de la semana es que desde el domingo hasta el miércoles me tengo que cambiar de apartamento, de la tercera a la primera planta. No me he enterado muy bien pero creo que tienen que limpiar o fumigar la parte donde estoy, porque en uno de los apartamentos (no el mío) hay bichos, y ya que van a atacarlos, arrasarán con toda la planta. Así que a cargar con todos los cacharros y cosas escaleras abajo y luego arriba. Me podría quedar ya en la primera planta las dos semanas que me restan en ese edificio...

Esto es lo más destacable de la semana, sin grandes novedades. Por lo tanto, schönes Wochenende para todos.

jueves, 13 de septiembre de 2007

El número de tarjetas de crédito

South Park es, sin duda, una de las mejores series que existen y que se dejan ver en la televisión, aunque a veces resultan algo polémicos, todo hay que decirlo. Retrata como nadie las sociedades actuales y el comportamiento y valores de las grandes y pequeñas masas en nuestro mundo de hoy, de una forma crítica a la vez que irónica. Además, suelen dar caña al autodenominado progresismo y a lo que se supone que es políticamente correcto, incidiendo en la sensatez, el liberalismo y la libertad individual en general.

Pero aparte de todo eso, son divertidos. En un episodio de la cuarta o quinta temporada se les enseña tareas a chicos y chicas por separado. Los chicos van a clases de talleres y las niñas (junto con el pobre Kenny, que teme por su vida y por eso trata de evitar cualquier tipo de máquina cortante) estudian "tareas domésticas". Una de las enseñanzas dentro de esta clase es la de buscar y elegir un buen hombre que las mantenga el resto de sus vidas. Me resultó graciosa esa escena. Lo primero, hay que fijarse en los zapatos de la supuesta víctima como primer motivo de selección:


Y luego, las tarjetas de crédito: "Si tiene una todo indica a que gasta poco, y seguramente tendrá un límite bajo de crédito. Si tiene cuatro huye de él, es altamente sospechoso, por lo que el número ideal de tarjetas de crédito que debe tener un hombre es dos"


Y tú, ¿cuántas tienes? ¿Cumples el requisito?

jueves, 6 de septiembre de 2007

Las temperaturas

Empieza a llegar el fresco al este de Alemania. Ya van dos días que pongo un poco la calefacción, aunque no muy fuerte, sobre todo a la hora de ducharme. Grata sorpresa al comprobar que funcionaba. Por la noche empezamos a tener unos 5ºC de mínima y alrededor de 15º de máxima. Similar al mes de Noviembre - principios de Diciembre en Sevilla. Incluso ayer vi a dos chiquillos y a un bebé con gorro, aparte de alguna que otra bufanda. Yo creí haber echado guantes y una bufanda en el equipaje en pleno mes de Agosto, pero parece que no. Quizás sea el viento algo frío el que provoca tal sensación o quizás sean cosas del calentamiento global, jeje.

Por el momento sigo esperando que imágenes como la siguiente tarden mucho en producirse...

miércoles, 5 de septiembre de 2007

Estado de la situación tras algo más de un mes

Vistas del Norte de Jena desde una ventana de mi casa en un día nuboso de Agosto

Desde que llegué, incluso desde un poco antes, no se puede decir que las circunstancias que rodean mi trabajo científico hayan sido favorables, más bien todo lo contrario. La primera en la frente fue la decisión de Clickair de eliminar el vuelo directo Sevilla - Frankfurt, que simplificaba tremendamente los viajes a casa. Venir tanto a Jena como a Bayreuth es algo complicado. Con Air Berlín se puede llegar tanto a Leipzig como a Nuremberg, pero generalmente los precios son muy elevados y los horarios no demasiado adecuados. Así, la opción de volar a directamente a Frankfurt por un precio aceptable y luego ir en tren hasta el lugar de destino, se antojaba como la mejor solución posible. En apenas 7 horas se podía hacer y sin gastarse excesivo dinero. Ya me veía yo volviendo a casa cada 2 meses aproximadamente pero... el vuelo se acabó. Ahora, o se hacen encajes de bolillos con Ryanair o bien se vuela a o desde Frankfurt haciendo escala en Madrid o Barcelona, por lo que la gracia vuelve a ser difícil, larga y cara.

La segunda circunstancia desafortunada fue el tema del coche. La idea inicial de venir desde España a finales de Agosto con un amigo que también va a pasar una temporada en tierras germánicas, de tal manera que compartíeramos los kilómetros de carretera, también se esfumó. Por circunstancias ajenas a él no pudo finalmente acompañarme, por lo que yo decidí no volver y esperar acontecimientos. Para el invierno, con fío, lluvia, nieve y hielo, un coche en estas latitudes es algo bastante útil. Por ahora tendrá que esperar. Por otra parte, la ciudad tampoco ayuda y es que se puede afirmar sin temor a ser injustos que Jena no es una localidad apasionante, y lo que más me complica la vida son las cuestas existentes entre montañas, y la situación de mi casa actual. Pero en cierta medida eso es secundario.

Y el golpe de gracia llegó la semana pasada, como ya escribí. Eso de que te roben mensualmente casi la mitad de lo que ganas no es para nada algo agradable. E incluso creo que es bastante más, porque he estado investigando el dinero real en bruto de mi contrato y si se suman todas las cantidades en bruto que me llegan a mí, la cantidad total queda aún bastante distante. Creo que del presupuesto inicial también salen los pagos que la Universidad tiene que hacer a la Seguridad Social en concepto de empresa, y aún así, aún falta dinero, con lo que realmente la retención se eleva bastante por encima de la mitad. De tener un contrato y unas condiciones muy buenas he pasado, sin previo aviso, a tener un contrato normal. Como también escribí, considerando el gasto en vivienda que debo hacer aquí y la diferencia de precios, mi situación no es que haya mejorado especialmente compada con España. Es como si todo el trabajo tan duro realizado durante este año, esa escritura de Tesis casi contrarreloj, esas 15 horas al día dedicadas en cuerpo y alma a la escritura y estudio y esas peleas con la burocracia española hayan servido para más bien poco.

No se puede decir que, de haber sabido todo esto, no hubiera venido. Más allá de la facilidad de vuelta a casa en tiempos razonables, de las comodidades que pueda disfrutar aquí y de unas condiciones económicas bastante distintas de las que aparentaban, lo que realmente me importa soy yo, y estos años en Alemania estaban previstos desde el punto de vista profesional, que con casi toda seguridad serán muy provechosos y aprenderé muchas cosas. Pero si la estancia lejos de casa, que supone un esfuerzo en cierta medida, se ve acompañada por mayores comodidades, es evidente que siempre es mejor. Pero c'est la vie... A veces pienso que para conseguir un objetivo tengo que trabajar, luchar y sufrir bastante más que la media. Quizás sea un pensamiento tremendamente egoísta, pero ahí queda.

Aunque no todo es negativo. Sí, reconozco que puedo parecer tremendamente pesimista y que tiendo a remarcar las cosas que no van del todo bien, defectos de servidor. Aquí, al llegar cada día a casa, me puedo sentir realmente como si estuviera en ella. Me explico. Es una buena casa, bien conservada y equipada y claro, sólo necesito recordar mi vivienda en California para establecer la comparación. Y, algo importante, he conocido a gente agradable, lo que siempre es de agradecer, aunque hay ciertas reacciones y actitudes de compañeros de trabajo algo extrañas. Quizás las comente algún día, no se me vayan a olvidar.

Resumiendo, aunque en situación aceptable y contento en general, las cosas no han ido hasta el momento como se esperaba. Pero de todas formas seguiremos en el negocio...