jueves, 26 de febrero de 2009

¿Cama grande o pequeña?

Hoy he tenido una curiosa conversación con mis compañeros de trabajo, y de nuevo se ha demostrado que hay gente para todo. El tema es el siguiente:

Imaginen que viven solos en un apartamento con dos habitaciones. En una de ellas hay una cama grande, para dos personas, mientras en la otra la cama es pequeña, para una. No tienen que compartir con nadie y pueden elegir dónde dormir. ¿Qué harían ustedes? ¿Dormirían en la cama grande o en la pequeña? ¿Por qué? A responder se ha dicho.

Es curioso pero hasta el momento se puede establecer una correlación bastante buena según el origen del preguntado. Veamos cómo evoluciona...

domingo, 15 de febrero de 2009

El cambio de tradiciones

Volvió el nuevo año y tras varios fines de semana saliendo fuera, esta vez la compi francesa volvió a organizar una de las tradicionales cenas en su casa, en las que todos traen algo. Y así de repente se le pueden presentar hasta 25 personas en su pequeño apartamento dispuestas a disfrutar, entre otras cosas, de platos típicos de bastantes países. Hay que tener valor o bien hay que disfrutar mucho siendo anfitrión de tanta gente. A mí me gusta recibir en casa y cocinar para mis amigos, pero albergar a tanta gente en mi casa no me produce más que agobios, sobre todo si no tengo sillas para todos. En cierta medida supongo que será por una cierta aversión a las grandes multitudes o bien por el hecho de tener todo medianamente controlado, con todo el mundo en su sitio. Todo esto unido a que generalmente me siento mejor en ambientes más reducidos, y pese a que mi salón-habitación alemán es bastante grande, hace que el número máximo de invitados que suelo admitir actualmente en casa es cinco. Hay gente pa to, que dirían ustedes...

Pero a lo que iba. Tras haber ensayado en casa para mí, para mí y para Rosa, para mí y para la asociación italojaponesa, esta vez sugerí a Coralie que, quizás, pudiera cambiar la típica tortilla de patatas y preparar una especie de paella para la ocasión. Pero que si al final me decidía por tal opción, debería terminarla en su casa, porque el arroz ha de ser preparado on time. Y así fue. En casa preparé la base, de tal forma que una vez en el lugar de la reunión apenas había que añadir el arroz y dejar hervir. Y salió bien, porque los más de 20 invitados de anoche pudieron disfrutar de una tapa medianamente grandecita de paella o, para ser sincero, de algo que se le asemeja bastante.

Todo congeladito y crudo

La clave aparece en el lado izquierdo de la foto. Y traído desde España, ya que aquí no he encontrado nada similar. Si no se dispone de mariscos frescos que hervir para usar posteriormente ese agua para el arroz, no queda otra solución.

El problema es, como de costumbre, la materia prima. En una ciudad más grande o más cerca del mar sería más fácil encontrar pescado y marisco fresco. De hecho ya tenemos localizado un restaurante italiano, del que hablaré algún día, cuyo dueño cada viernes va a Nuremberg expresamente a comprar el marisco fresco que luego por la noche disfrutamos nosotros. Pero en Bayreuth es más complicado y, aunque lo hubiera, supongo que no tendría tiempo de ir a comprarlo dado mi desastroso horario para todo. Así que hay que adaptarse al producto local más adecuado, que consiste básicamente en pescado y marisco congelado, y crudo. Esa es otra, la mayoría de los mariscos congelados que se pueden encontrar en los supermercados han sido previamente cocidos, lo que los hace prácticamente inútiles para cocinar. Curiosa costumbre germánica, pese a que algo sí se puede encontrar. Por eso, para los estándares alemanes, el resultado es bastante aceptable.

Preparación en progreso

martes, 10 de febrero de 2009

Mehr Schnee

Algo cayó a primera hora de la tarde, pero no llegó a cuajar. Todo lo contrario que ahora mismo. Las nevadas nocturnas hacen que las calles aparezcan cubiertas en su totaliadd por una capa blanca. Son las dos y pico de la mañana y no soy el único que aún permanece despierto. Un coche se empeña en fastidiarme la foto y dejar la señal de sus ruedas sobre el ahora blanco pavimento. Un chico con un abrigo rojo cruza la calle andando con su bicicleta y deja sus pisadas. Yo simplemente disfruto del inusual aunque no tan nuevo panorama desde mi sexto piso como si el invierno y el frío no fueran conmigo. No es la primera vez que de repente al subir las persianas aparece todo nevado. ¿A qué hora limpian las calles? Porque en algo más de un par de horas, quizás tres, estas estarán sin nieve y se podrá circular sin problema por ellas. Como si no hubiera pasado nada. El invierno...


Madrugada desde mi ventana

lunes, 2 de febrero de 2009

Bayreuth vs Berlín

La semana pasada vi por casualidad un vídeo que me llamó mucho la atención. Comparaba la vida en Bayreuth con la de Berlín, imitando un al parecer conocido anuncio de televisión. Sus protagonistas hablan en alemán, pero aún así creo que los que no dominen la lengua de Goethe pueden hacerse una idea de lo que este vídeo intenta transmitir. Alles ist hier sehr einfach, keinen Stress, keine Probleme mit dem Verkehr... Quizás sean las cosas simples y sencillas las que en el fondo nos hagan más felices. Who knows...



La discusión está servida.

PS: Por fortuna vuelvo a formar parte de la población activa burocrática de este nuestro país.