viernes, 31 de octubre de 2008

Los franconios y sus cosas

Como por ejemplo, su religiosidad selectiva. Os cuento. Hoy 31 de Octubre ha sido festivo en media Alemania, concretamente en la parte protestante. Celebran el día de la Reforma. Como el año pasado por estas fechas yo estaba en Turingia, fue día festivo, en lugar del día 1 de Noviembre, fecha reservada para las zonas de mayoría católica. Por eso hoy hemos trabajado en Baviera. Lástima que mañana sea sábado...

¿Lástima? Pues no sé. En Baviera el pasado 15 de Agosto sí fue festivo. Pero no en toda Baviera, ya que según parece la zona norte, Franconia, es de mayoría protestante. Esa festividad no nos correspondía, así que también tocó trabajar. Pues bien, hoy no sé si en Bayreuth somos católicos o protestantes o símplemente nos gusta trabajar. La idea es buena, de hecho. Dependiendo del día y de los intereses te declaras de una o de otra religión. Pero se ve que aquí tienen otro concepto de interés. Con el fin de semana más interesante que hubiéramos tenido...

lunes, 27 de octubre de 2008

Más Octubre en Bayreuth

¡Y yo que decía que estos alemanes eran tremendos, que era salir el sol y empezar a buscarse cualquier excusa para montar un Fest con las correspondientes cervezas! Me equivocaba, porque no necesariamente debe ser primavera o verano. No, también sucede en otoño, también en esta fría época del año hay motivos para salir. Y si no los hay, los buscan.

Dos han sido los acontecimientos de los que hemos podido disfrutar durante este ya pasado fin de semana y el anterior. El primero, el Kneipenfestival, en el que tuvimos 21 actuaciones musicales en directo, con todo tipo de estilos, en 20 de los bares y pubs que podemos encontrar en esta nuestra ciudad. Pagabas nueve euritos, te ponían una pulserita y hala, a iniciar el recorrido de bar en bar. Esta vez lo hice con un grupo de amigos alemanes, alguno de los cuales hablaban español. Y me lo pasé bastante bien, porque aunque fue algo caótico, estuvimos en muchos sitios y no pasamos demasiado tiempo en el mismo lugar. Perfecto para no aburrirse. Además, aquello incluyó una pequeña escapada a la casa de la hermana de uno de mis amigos con la idea de bebernos un barril de cerveza que había sido comprado para tal efecto. Typical German. Si mal no recuerdo, esa noche pasé por Oskar, Sophie's, Enchilada, WG de la susodicha hermana, Borracho y Herzogkeller. La pregunta de la noche, con frío y ya volviendo a casa, era evidente: ¿dónde está toda esta gente el resto del año? Porque por mucha gente joven que viniera expresamente al festival, bastantes aún deberían ser de aquí. Es decir, esa gente existe, algo tan cierto como su desaparición durante los meses venideros. Uno de mis amigos alemanes me comentó que eso de salir de bares quizás no esté tan bien visto en Alemania, frente a algo totalmente normal en España. Nada más usual que pasarte por un bar un rato a tomarte una cervecita tras una jornada laboral. No sé yo...

El segundo evento tuvo lugar este pasado fin de semana, la Museumsnacht. Hasta las dos de la mañana se podían visitar por el precio de ocho euros, y menos si eras estudiante, una gran cantidad de museos y edificios singulares de Bayreuth, incluyendo entre otros el Teatro del Festival de Wagner, la Ópera, los diferentes castillos y las fábricas de cerveza. Esta vez estuve acompañado por mis compañeros de trabajo, international environment. Así de memoria, un español (el que esto escribe), dos italianos, tres alemanes, un hindú, dos chinos, una austriaca, dos rusos y una francesa. Sucede que cuando uno va en este tipo de grupos, tan grande, muchas veces te tienes que subordinar a la decisión mayoritaria, así que no pude ver todo lo que yo hubiera querido. Aún así, buena noche con visitas al museo arqueológico, a la ópera, a la Iwalewa Haus y al museo de la cerveza de Maisel. Y curiosidades curiosas: pese a ser en teoría algo más liviano que el festival de música del fin de semana anterior, más cansados acabamos. La Cultura es lo que tiene...

Y con esto casi se da por finiquitado el mes número diez. Más aún con el cambio de hora que acabamos de sufrir. Se acaba Octubre y va llegando poco a poco lo más duro. Aparecen las bufandas, los gorros y los guantes. Se va poco a poco la luz del sol... Aún así aquí en Bayreuth también tienen soluciones para eso, que les iré contando durante este frío y oscuro invierno...

viernes, 17 de octubre de 2008

Golden October

Octubre es un mes interesante. Sí, aún no hace demasiado frío, aún tenemos un nivel aceptable de luz solar y, además, todo cambia de color. Es el mes dorado por excelencia, sobre todo si, como me cuenta un compañero de trabajo, se tiene la suerte de disfrutar de un día soleado y azul. La mezcla de colores con sus distintas tonalidades es, sencillamente, espectacular. Y los suelos completamente cubiertos por hojas, también.


Sirvan de prueba estas fotos del domingo pasado, tomadas en los alrededores de Pottenstein, al sur de Bayreuth y en pleno parque natural de la Fränkische Schweiz. No hay nada como alejarse de la civilización y perderse en plena naturaleza. Con tranquilidad, y con Biergarten al final, por supuesto.

martes, 14 de octubre de 2008

Rigoletto en Dresden

De Verdi. Fue allá por el mes de junio. Rosa y María José querían ir, sobre todo por Juan Diego Flórez, y por ver la ciudad también. Y Jan, uno de sus compañeros, se apuntó. Y es que ver tal espectáculo en la conocidísima Semperoper de Dresde puede incluirse dentro del grupo de las maravillas del mundo. Además, aprovechamos el fin de semana en la capital Sajona, que las amigas españolas no la conocían.

Y bien, tengo que decir que aquello fue una de las experiencias de mayor belleza de todas las que he disfrutado en mis hasta ahora casi 28 años de vida, comparable sólo, como belleza natural, al Joshua Tree National Park en California. Nunca había ido a la ópera. Sí, soy músico y he ido a conciertos, incluso yo he dado alguno que otro, tanto solo como en compañía, pero la ópera no me había llamado la atención en exceso. Ya sea por el espectáculo en sí o por el lugar, caí rendido ante ella. Y es que en esta ocasión la representación fue la suma tanto de música, con la orquesta, como de canto, con los artistas y, sobre todo, de teatro, porque escenificaban. Y lo hacían de lujo. Y qué curioso ver que, pese a todos los avances tecnológicos, el hombre sigue siendo hombre. Es decir, los deseos, miedos y frustraciones son, han sido y serán los mismos.

Interior de la Semperoper

Juan Diego Flórez, peruano, era la estrella esperada, pero, al menos el día de mi representación, la que destacó con contundencia fue la inconmensurable soprano alemana Diana Damrau. Desde el primer momento, y casi sin necesidad de calentamiento, nos sorprendió con su portentosa y bellísima voz. Inenarrable. Tienen ustedes suerte, y es que al parecer este estreno en Dresden fue todo un acontecimiento dentro del mundo operístico, así que la representación del primer día se retransmitió por televisión. Y ustedes y yo podemos disfrutarla. Fue idéntico a lo que yo vi, mismo escenario, mismos artistas y misma obra. Les he seleccionado la parte que más me impresionó. Después de La donna e mobile, canto del duque de Mantua a la volubilidad del carácter femenino, nuestro protagonista es pillado in fraganti por Gilda, la bella y protegida hija de Rigoletto, rendido ante Maddalena. Nada que objetar salvo que la pobre Gilda había sucumbido completamente a los encantos del duque, que se hizo pasar por estudiante para conquistarla a escondidas de su padre. Gilda sabe que el duque no es un buen hombre y que sólo puede hacerle daño, pero pese a eso no puede dejar de amarle, y más aún cuando el duque responde cantando el Bella figlia dell'amore, que aquí les dejo. He ahí la desesperación de la pobre Gilda, en un majestuoso cuarteto con el duque de Mantua, Maddalena y Rigoletto, el desdichado padre que canta amargamente cómo él había previsto todo lo que está pasando. Atentos a Gilda a partir del minuto 2.25, es de los pasajes más conocidos, espectaculares y, por cierto, difíciles.



Si les ha gustado, tienen algunos vídeos más aquí.

Saludo final

sábado, 11 de octubre de 2008

Zu Hause (noch einmal)

Fue la mejor vuelta a Alemania que he tenido durante mi estancia en estas tierras. Todo salió a la perfección, empezando por el horario de los viajes, con ese vuelo a Munich de Iberia que sale de Madrid a las 12.30 de la mañana, permitiéndome salir de Sevilla a las 10.35 y no a las 6.30 ó 7.30 de la mañana. Lástima que, por los motivos que sean, Iberia elimine ese vuelo.

Poco tiempo en Barajas, prácticamente el justo para comprar algún producto típico que estuviera bien de precio en las tiendas del aeropuerto. Poco tiempo también de espera en Munich. Mi maleta salió de las primeras y me dio tiempo, por apenas treinta segundos, de pillar el tren de las 15.23, lo que al final se tradujo en una llegada a Bayreuth una hora antes de lo previsto. El viaje desde Sevilla se había reducido a algo menos de ocho horas, frente a las catorce tras las vacaciones navideñas. Y contento y feliz, pese a volver y pese a que el otoño se acercaba.

Algunas de mis compras

Pero no sólo fue eso, no, sino que me dio tiempo de ir a hacer algunas compras, básicamente productos frescos. Y allí llegó la sorpresa, porque en el Lidl que está al lado de mi casa, justo al día siguiente, empezaba la semana española. No es que no se puedan encontrar productos de nuestro país en Alemania, pero una semana española propiamente dicha siempre llama la atención. Y justo cuando yo llegué y apenas quedaban treinta minutos para el cierre, emperazon a poner las estanterías con los productos típicos de nuestra tierra. Era un guiño que me daba Alemania nada más regresar y claro, había que aprovechar. La nueva temporada, sin duda, aparecía ante mí con un inicio prometedor.

sábado, 4 de octubre de 2008

Autumn

¿Una estación triste? Pues yo voy a llevar la contraria. Melancólica a lo más, y eso no significa tristeza. En dos ocasiones he leído esta semana comentarios sobre este periodo del año. Y están en lo cierto, los europeos del sur no descubrimos el otoño hasta que no vivimos en otras latutides más frescas.

Pero el otoño es el inicio, es un nuevo año que realmente comienza ahora. Y qué quieren que les diga, para mí este está siendo agradable. ¿O es que hay sensaciones comparables a escuchar llover y sentir el frío de fuera y el caer de las hojas mientras tú estás en tu casa, tranquilo, empezando a poner la calefacción y leyendo un simple libro o escuchando una simple canción? Siempre que no se tenga que salir, me dirá alguno de ustedes, y seguramente tendrá razón. Pero para eso existe el equipamiento adecuado...

La cuestión es que la vuelta a Baviera tras mis periplos de fin de verano no ha sido como en teoría se esperaba. No, ni el embarque en Barajas, ni la búsqueda del tren en Munich, ni el interminable viaje en tren hasta Bayreuth han sido motivos de tristeza. Para nada. Ni la vuelta a mi casa y a mi trabajo. Res de res. Más bien ha sido todo lo contrario. A saber por qué... bueno yo sí que lo sé, y realmente es una razón que en el fondo no me termina de convencer. O quizás sea el conjunto de varias, eso no lo tengo aún tan claro. En definitiva, que el otoño llegó, y aquí estamos en la fría y oscura Alemania otoñal que tanto mencioné antes de volver. Buena reentrada. Y para celebrarlo, mientras saco la bufanda del armario, esta noche les dejo una canción de Paolo Nutini (aquí versión en directo) que expresa perfectamente el significado de esta estación. A seguir leyéndose...