viernes, 25 de julio de 2008

Disconnected

Somewhere on the border...

viernes, 11 de julio de 2008

Vacaciones

Hoy es el día, hoy pillaré el último avión desde Munich con destino Sevilla y parada en Madrid. Algo más de dos semanas pasaré en España, hasta fin de mes, primero en la capital andaluza, espero que por poco tiempo, y luego a saber, aparte de Cádiz en su globalidad y Chiclana en particular, visitas inexcusables.

No sé si serán merecidas o no, pero hacen falta. Y así quiero que sean, como en el vídeo que les añado debajo, I'm yours, de Jason Mraz, uno de mis cantantes preferidos. La canción es genial y, sin que sirva de precedente, el vídeo está bastante bien hecho. Tranquilidad, nada de agobios, olvidarse del tiempo, disfrutar de y con los amigos, naturaleza, paisajes idílicos, el ruido del mar, dejar despeinarse por el viento, conducir sin rumbo determinado y salir a la aventura, caminar por la orilla del mar... lo mejor que puede pasar.



Así que hasta nuevo aviso, disfruten ustedes también de unos días de desconexión.

martes, 8 de julio de 2008

La disensión y el piropo lingüístico

De bien nacido es ser agradecido. ¿Representa esta frase la forma de ser española? ¿Es válida para Hispanoamérica y, en general, los países latinos? Yo creo que sí. "Los alemanes están que alucinan contigo, por el esfuerzo para ponernos de acuerdo en el día y la invitación para cenar en tu casa" me decía María José. "Pues para mí es lo más normal del mundo, nos trataron muy bien en Dresden el finde pasado (artículos pendientes), son personas agradables y qué más que cenar todos juntos en casa. No entiendo a estos alemanes, o se pasan o no llegan" le respondí yo. Pendiente queda algún que otro artículo sobre la forma de ser de los alemanes.

Dicho y hecho. Este domingo pasado por la noche, cena española en mi casa. Lo típico, no les voy a contar el menú ahora, imagínenselo o vean la foto adjunta. Dominikus disentía de mí. No comprendía cómo podía yo decir que Bayreuth es infinitamente mejor que Jena, donde él también ha vivido, un año y medio. "La ciudad es más grande, hay muchos más estudiantes y sitios y muchas más posibilidades" argumentaba el germano. "Puede ser, pero a Bayreuth eso no le falta, vale hay menos gente pero hay también muchos sitios, y como ciudad, con su zona central monumental no tiene comparación, tío. Si quieres estar solo, lo estás; si quieres salir con gente, es fácil salir y encontrarla" contraargumentaba yo. Vale, cada uno cuenta la historia según le va. Yo tengo esa posibilidad, porque o están las españolas o está la gente de mi instituto. Si te apetece hacer algo siempre encuentras a gente. Esa es una de las cosas positivas de mi trabajo, mucha gente joven junta, y la inmensa mayoría no son de aquí.

Cena de Domingo en casa. Rosa, María José, servidor, Jan y Dominikus. Al fondo se puede distinguir un salmorejo y la correspondiente tortilla

"Vale, puede que sea por el trabajo, y es que es a eso a lo que he venido aquí a Alemania, a aprender cosas y a trabajar. Si no, me hubiera quedado en España y no estaría aquí. ¿Cuánto representa eso, el 60%, el 75%? Y en Jena estaba frustrado en ese sentido mientras que aquí, aunque no es el culmen de la perfección, las cosas funcionan y hay medios. Si hay frustración es por mí y por mi forma de ser, no por algo externo. No hay comparación, será todo lo subjetivo que quieras, pero de hecho lo único que echo realmente de menos es toda la gente que conocí allí" No sé si logré convencerle...

Lo que sí me hizo fue lanzar un piropo al final de la conversación. "Eres conciso, usas palabras sencillas pero muy adecuadas. Vale, cometes fallos, es normal porque no es tu idioma, pero logras expresar casi todo lo que quieres, y además se te entiende, que es lo importante" Se refería a mi alemán. Él habla un poco de español, pero ya contaré su historia...

Me gusta recibir en casa, cocinar para los demás y después disfrutar de agradables conversaciones y de afecto, en cierta medida. Genial domingo...

domingo, 6 de julio de 2008

Munich (II)

Prácticamente era un alegal, recuerden ustedes, así que ese día convencí al resto de la armada española para darnos un paseo por la capital bávara. Primero me pasaría por el consulado para solicitar el nuevo pasaporte, y luego podríamos disfrutar de Munich. Calor, mucho calor, y sol, situación que nos acompañó durante esa segunda mitad del mes de Mayo...

No era la primera vez, porque ya me lo estaba empezando a plantear. Las ciudades alemanas, o al menos las bávaras, son extrañas. Sus accesos, la forma de llegar al centro y es que, salvo su parte histórica, son pueblos grandes. Hagan la prueba si tienen oportunidad. No, aquello no era una de las ciudades más importantes de Europa, y eso que el Consulado de España está en una posición relativamente céntrica. Lo mismo pasa en Nuremberg. Otra de las curiosidades bávaras.


Nuestro Consulado en Munich

Una vez terminados los trámites burocráticos, anormalmente sencillos y rápidos, el plan del día era conocer Nymphenburg, unos palacios y jardines construidos en los siglos XVII y XVIII en la parte oeste de la ciudad, donde pasaban el verano los reyes de Baviera. Están bien para pasar una mañana o una tarde soleada.


Edificio principal de Nymphenburg


Salvo por la sala de entrada al edificio principal, la Gartensaal, dominada por unos magníficos frescos de Zimmermann, y quizás por la Schönheitengalerie, sala en la que se exponen 24 retratos de las mujeres amadas por el rey Luis I, quizás no merezca mucho la pena entrar. Eso sí, los jardines, con unas 200 hectáreas de extensión, son espectaculares. Y estos sí que son bonitos, de estilo francés, con construcciones geométricas, vasijas, estatuas y canales. Así da gusto. Dentro de los jardines hay también una serie de edificios que se pueden ver, como el Amalienburg o pabellón de caza, y el Badenburg o pabellón del baño.


Los jardines

De ahí, una vez terminada la mañana tras el agradable paseo por los jardines, fuimos de nuevo al centro. Comimos en uno de los restaurantes más famosos, de estos que llevan incorporada la cervecería: el Agustiner, en plena Neuhausestraße. Y con ambiente, con ruido de fondo, con gente, algo que se nos hacía muy raro. Estos dicen que son la fábrica de cerveza más antigua de Munich. Por cierto, para mí la mejor Weißbier que he probado. No me suelen gustar tanto este tipo de cervezas, hechas a partir de trigo y sin filtrar, pero esta es especialmente destacable.


Típica comida alemana

Ese día todo Munich había salido a la calle. Jamás en toda mi estancia en Alemania había visto tanta gente junta. Era sábado, esa era la cuestión, y las tiendas estaban abiertas. "Gracias a dios no vivimos aquí", nos decíamos mútuamente María José y yo, "porque si no nuestra tarjeta de crédito no iba a sobrevivir". Se nota que la capital de Baviera es una de las ciudades más caras de Alemania. Por notarse, hasta en los músicos callejeros. Hasta para eso hay que tener glamour en Munich, y vestirse para la ocasión, ya sea por el cuarteto de cuerda en la Theatinerstraße o por el piano de cola en plena Kaufingerstraße. Inenarrable. Y tocaban bien, vaya. Menuda gozada poder disfrutar de eso en plena calle.

Adivinen dónde estamos

Instituto Cervantes

Música callejera

Visitas a la Marienplatz, con coros y músicas incluidos, subida hacia el norte para ver la Residenz, el Hofgarten y el Englischer Garten, bajada de nuevo, con parada en una de las tiendas más famosas, Dallmayr, donde me agencié una botella de limoncello, y vuelta para casa, pasando por el famoso nuevo estadio del Allianz Arena. Me tocó ser el conductor en ese viaje de regreso a Bayreuth.

sábado, 5 de julio de 2008

La cuestión no es estar constantemente dando vueltas en círculo en el fondo de un pozo, no, la cuestión es que si uno se desvía de ese camino le empiezan a venir golpes por todos los lados...

jueves, 3 de julio de 2008

Hofgarten


Hofgarten, Bayreuth, después de la tormenta

miércoles, 2 de julio de 2008

Saladbar y recuerdos extraños desdibujados

Todo es cíclico, todo se parece repetir, con la puntualización de que cada vez somos más mayores. El verano ha llegado. "No puede ser, que ya estamos a 1 de Julio" me decía ayer. En otras épocas no muy lejanas esto era sinónimo de plenas vacaciones. Sí, por estas fechas ya uno podía irse a la playa. El tiempo vuela. Hace casi un año que empezó la aventura alemana, tan cerca y tan lejos a la vez. Fue ayer sí, pero también parece haber sido hace una eternidad.

Lo que me gusta de la Mensa de la Universidad aquí en Bayreuth es el Saladbar. Autoservicio, te echas lo que quieras y luego te lo cobran al peso. Y me ha venido hoy, hace apenas unos minutos, el recuerdo de California. En aquella Universidad la comida no era gran cosa, y algo en lo que coincidíamos Isabel y yo era en la mejor elección: el bar de ensaladas. El problema es que estaba en el edificio central y teníamos que dar un paseo de unos 15 minutos para llegar a él. Daba igual, teníamos y tenemos el concepto español de la comida, es decir, en eso hay que invertir todo el tiempo necesario, y disfrutar.

Algo así era lo que podías prepararte. Allí conocimos a Shana

Nos han puesto una cafetería de más categoría en la Mensa. No es que el café de la cafetería normal no sea aceptable, sino que este es mejor. Más caro, sí, pero una delicia. "Tenemos que venir más veces para que no lo terminen cerrando" le comentaba ayer a Davide. De nuevo nostalgia, o recuerdos. Después de tomarnos las ensaladas tocaba café. Un cappuccino tamaño americano, de calidad adecuada y con una espuma por arriba deliciosa, y más aún cuando yo le añadía cacao en polvo. Luego nos lo tomábamos bajo el sol, junto al lago, muy cerca de la orilla del Océano Pacífico...

Y aquí era donde nos tomábamos el café. Siempre que nos tocaba ensalada, claro.

En cierta medida también es así aquí ahora. Un café bueno, pequeño, y el sol. El campus, la plaza central de la universidad donde los estudiantes se sientan bajo el astro rey. Con un café, con un helado o simplemente a pasar un rato con los amigos y compañeros. Y si no, pues el puesto de cerveza correspondiente, como el que acaban de poner hoy y que antes estaba junto al Audimax, edificio grande de actos donde han venido disfrutando del fútbol en las pasadas semanas.

La vista desde el despacho de mi jefe te permitía tener la inspiración adecuada para meditar sobre los hamiltonianos y otras cosas variadas... Así cualquiera

Pero todo eso es distinto a mi Universidad en Sevilla. Cuando estás fuera tienes otros ritmos de vida, aquí en Alemania la gente vive con otros tiempos. No sé, será percepción personal y completamente subjetiva. No hay agobios, todo discurre tranquilamente. Pero a fin de cuentas todo es lo mismo, ¿o no? Ich weiß es nicht...