miércoles, 30 de abril de 2008

Requiescat in pace

Fue bonito mientras duró. La mayor parte se nos fue en Diciembre y hoy, 30 de Abril, la pequeña parte restante ha decidido separarse de su soporte, desaparecer y seguir viviendo su vida por su cuenta. En cierta medida es normal, no creo que sea muy agradable que te disparen electrones acelerados a 200.000 voltios.

No, no es arte abstracto

Contra esto no se puede luchar, pero ahora yo tendría que recoger mis cosas, cerrar el chiringuito e irme a un lugar remoto y alejado de toda actividad vital...

domingo, 27 de abril de 2008

El desenlace

Tuvimos que esperar algo más de una semana para saber el final de nuestro partido. Recuerden, la primera entrega tuvo lugar el viernes 12, con suspensión del partido en el descanso. Aprovechando que durante el pasado fin de semana el Bayern ganaba la Copa de Alemania y no había partidos de la bundesliga, el famoso FC Nürnberg - Wolfsburg se repetiría el domingo 20 a las 3 de la tarde. Y entero, es decir, los 90 minutos, por lo que el primer tiempo jugado la semana anterior no tenía validez, pese a que íbamos ganando. Ahora comprendo el tremendo enfado de la gente ese día.

De nuevo en nuestro estadio

Domingo, una de la tarde en el Hauptbahnhof. Ninguna gana de ir. La noche anterior había estado un rato en el Borracho, un bar supuestamente español del que ya escribiré, tomando Mojitos. Pero había que levantarse e ir al partido, ya que teníamos la entrada. Esta vez la llegada fue sencilla, y no nos llovió. En el Easy Credit Stadion nos encontrábamos de nuevo, dispuestos a disfrutar del fútbol, junto a unos 40.000 alemanes.

Juega el Nürnberg

Curiosa forma de entretener al personal en el descanso

Y no fue mal la cosa, aunque tuvimos que esperar hasta el final para ver el único gol del partido. Victoria local que servía para seguir con posibilidades, ya que el límite del descenso se situó al final de la contienda a sólo 2 puntos, con cinco partidos aún por delante.

Tor

Resultado final, tres puntos

La vuelta un poco apretada hasta la estación de Nuremberg, y más tranquila hacia Bayreuth. Seguimos esperando el desenlace de la temporada alemana...

jueves, 24 de abril de 2008

Y llegó

Sí, la eficiencia alemana a la hora de recaudar es impresionante. El lunes me encontré encima de la mesa de mi despacho una carta de la muy alemana ciudad de Dresde, invitándome a pagar una multa por exceso de velocidad. Incluso una foto de lo que se supone que era quien estas líneas escribe venía adjuntada. Tiene mérito, siendo extranjero, con coche alquilado y con 4 cambios de dirección, al final han dado conmigo. La sanción, baja, como era esperado, apenas 35 €, un chollo comparado con España. La infracción: supuestamente ir a 68 km/h en una carretera que pasaba por el medio de un bosque, y al final de una cuesta descendente, mientras estaba pendiente de qué desvío teníamos que seguir. El límite, en 50, dicen.

Si estuviera en España no la hubiera pagado, por claro defecto de forma. Algo así debe llegar a tu casa y debe ser certificado. Ninguna de esas dos premisas se ha dado en este caso. Primero, porque ha llegado a mi tercera casa alemana, y gracias a que la hausmeisterin ha tenido la gentileza de mandarla a mi centro de trabajo, me he enterado. Esto lleva a lo segundo, una comunicación importante y que puede acarrear mayores sanciones debe ser certificada, para que quien la manda tenga constancia de que te ha llegado la notificación. Esta era una simple carta, como la que se puede enviar a un amigo, y no sería la primera vez que ese tipo de misivas dirigidas a mi persona se pierden por los caminos alemanes. En fin, paso de problemas, así que ya les he hecho la transferencia, de hecho mi jefe me dijo que en caso de no pagar la siguiente comunicación sería una citación ante la policía.

De todas formas van listos, Dresde pasa desde ahora a engrosar mi lista negra de ciudades. No volveré a poner mis pies allí y será excluida de las excursiones que haga con amigos que vengan a visitarme a Alemania. Seguro que se me ocurren millones de alternativas a la capital sajona. Como si no pagara ya suficientes impuestos, tasas y leches, para que me sigan robando más. Pues eso, ni un céntimo más, ya se han tomado ellos la libertad de cobrarse...

miércoles, 16 de abril de 2008

Une fête française

La bella y sin embargo tímida Coralie nos invitó a su casa. ¿El motivo? Su definitiva mudanza, por fin, y su cumpleaños. Así que la noche de hace dos sábados nos juntamos en su nuevo apartamento unas treinta personas de quince nacionalidades distintas: Francia, España, Estados Unidos, Canadá, India, Italia, Rusia, Hungría, Holanda, Islandia, Suiza, Corea, Argelia, Turquía y Alemania. La coreana y el turco eran acompañantes. Faltó gente de mi instituto, ya que también tenemos componentes de Japón, Reino Unido, China, la República Checa, Egipto e incluso de Australia. Con eso se pueden ustedes formar una idea de lo variado que es mi centro de trabajo.

Y como siempre, a disfrutar de comida, bebida y conversación multilingüe. No hace falta que diga lo que llevé, se lo pueden imaginar. Respecto a vinos, esta vez tocó un tinto de Castilla la Mancha de Osborne. Reconozco que uno de los Burdeos me gustó bastante, por la novedad, supongo. Adivinen de quién fue el plato que se sirvió primero. En efecto, y aunque está feo que lo diga, recibí profusas felicitaciones. Esta vez sí me había salido con volumen, y además estaba deliciosa. Fue, sin duda, la sensación de la reunión.

Presentación en sociedad

Aparte, pudimos disfrutar de ensaladas de pasta, curry, pastel de espinacas, ensalada de frutas, una especie de albóndigas y numerosos dulces. Destaco una aportacion rusa, pilminie, una especie de raviolis que al principio confundí con pescado. Buena ocasión para establecer relaciones con la sección rusa del instituto, la más numerosa y cerrada. Apenas interactúan con el resto, tienen formado su grupo, su zona y sus profesores e incluso cuando hay cursos y hay que dividirse para las clases experimentales, se forma un grupo de rusos. Gente muy agradable y que debería ser más abierta.

Por lo demás, distintas anécdotas y curiosidades. Aprendí que la forma de vestir se puede usar para distinguir a un surcoreano de un japonés. Parece ser que el desarrollo económico de Corea del Sur en los últimos años ha sido realmente bestial, y eso se nota en la ropa cara que llevan. Además, los japoneses parecen tener una forma de andar muy característica. No sé yo... Y algo en común para los dos países, el preocupante aumento del número de operaciones estéticas, para aumentarse el tamaño de la nariz y de los ojos. Se quieren parecer a los occidentales. Craso error, creo yo.

Pues eso, nueva ciudad, nuevo trabajo y nuevos grupos de personas que se forman. Estar en un mismo espacio y tiempo, es la única condición, tan aleatoria. Otros grupos dejamos atrás, algo que también sucederá con este. El cambio continuo y la inestabilidad es una tónica en mi vida, y no sé si me estoy empezando a cansar. La estabilidad es toda una utopía, aunque reconozco que, de pasar justo lo contrario, lo que pasa en la actualidad sería algo que echaría de menos o que desearía tener. Es ese inconformismo e insatisfacción que siempre me acompaña...

martes, 15 de abril de 2008

No es suficiente

Para nada, y hoy se ha demostrado. Poner el móvil en el sofá en lugar de junto a la cama al acostarse no es ya una solución. En el segundo caso las probabilidades de apagarlo involuntariamente cuando suene a la mañana siguiente y seguir durmiendo plácidamente son prácticamente del 100 %. En el segundo, va camino. Parece ser que hoy, a las 7.55, hora normal a la que me despierto, me he levantado, me he dirigido al sofá, he apagado el puñetero móvil, he vuelto a la cama y he seguido durmiendo. Todo esto inconscientemente. De hecho entre las 8 y las 9.25 de la mañana, hora en la que me he despertado por medios naturales, tengo la sensación de haber tenido un sueño algo angustioso que me ha dejado la cabeza como un bombo ("¿Qué hora es, no ha sonado aún el despertador?"). Así que considerando que hoy no hay jefe y que ayer llegué del trabajo a casa pasadas las 9 de la noche, me he quedado un rato más incluso. Y por una vez no me he sentido culpable, que hay que sacar lo positivo de las cosas, ayer tuve un día muy productivo en el instituto. Pero esta noche supongo que tendré que poner el móvil justo al otro lado de la habitación.

Y además ha regresado el invierno, volvemos a los fríos. Cuando ya había salido de casa he tenido que regresar a coger la bufanda y los guantes. Primavera alemana...

lunes, 14 de abril de 2008

BISS-Party

O lo que es lo mismo, Betreuungskreis internationaler Studentinnen und Studenten. Ese era el plan para el sábado, pero no lo sabía. "¿Te vienes a cenar y luego a una fiesta con compañeros de la Facultad de Derecho?" me dijo MJ el sábado por la mañana. "Por supuesto" fue mi respuesta. Una fiesta con estudiantes de Derecho, gente que suele vestir bien. Es decir, mejor aún que lo que visten aquí en Bayreuth, a lo que dedicaré un artículo un día de estos. Así que me tenía que poner medianamente arreglado, para no desentonar y eso.

Pero luego les cuento lo de la fiesta. Primero, cena en la Pizzería Al Vicolo del amigo Paolo, un restaurante italiano bastante apañado. Compartí con mis acompañantas pizzas, ensalada, cervezas, y críticas al nuevo desgobierno del país y al trasvase captación temporal de agua del Ebro con destino Barcelona. MJ y R tienen previsto ir a Dresden a la ópera, a ver a un cantante hispanoamericano cuyo nombre he olvidado, pero entretanto a ver si las convenzo para que se vengan a ver algo similar en Bayreuth. Mahler no tuvo éxito el martes pasado, veamos la semana que viene la suerte de Beethoven. A ver si voy a hartarme de ir a partidos de fútbol y voy a descuidar la formación humanística y cultural...

Y tras la cena, al Glashaus, especie de pub-bar en el campus de la Universidad. Y la fiesta con los compañeros de Derecho no era otra cosa que una fiesta erasmus, de bienvenida al semestre que empieza ahora. "Pues sí, tienes razón, parece usted hoy Dr E" dijo MJ cuando me quité el jersey ante el aumento de la temperatura del local. Pasamos un buen rato allí, todo sea dicho, y eso que seguramente ustedes saben que no me suelen gustar ese tipo de sitios, pero esta vez no se podía fumar dentro, algo inaudito. A lo mejor fue por eso. Ah, y por las cervezas a 1.20 €. Me tuve que apuntar en una lista, me dieron una especie de entrada y me pusieron un sello en la mano, de estos que sólo se ve con luz ultravioleta. Lo curioso, el guardarropa, que consistía en una habitación donde se dejaban los abrigos. Sigo pensando que los alemanes de aquí son demasiados confiados, había chicas que dejaban sus bolsos allí como si nada. Como ya dije en mi primera visita a Alemania, esto sería el paraíso del cani.


¡Qué grande la versión internacional de la Macarena! Y el Silencio bisbaliano, gran éxito actual por estas tierras. También disfrutamos de algún que otro tema para cubrir la alianza de civilizacionesTM y de alguna canción clásica cuya versión española (que era la que yo tarareaba) sorprendió a mis acompañantas. Sí, Frauen, existen, y además los amigos Berzas tienen otra canción dedicada a la segunda letra de nuestro abecedario. Llámenme friki, tienen todo su derecho. Aparte de eso, música rara alemana. Por cierto, ya hasta las fiestas de erasmus son otra cosa. Ahora la mitad de ellos se dedica a hacer el ganso mientras la otra mitad se dedica a fotografiarlos. Así se recuerdan los colegas...

Y tras el retiro de unos amigos alemanes, poco tardamos nosotros. Costó algo de tiempo encontrar los abrigos entre los miles que había en la sala que hacía de guardarropa.

Y ayer domingo, con las correspondientes tareas domésticas, descanso plácido en casa. Por la noche salí a cenar con un estudiante de master italiano nuevo que va a estar en nuestro grupo, y fuimos al ya conocido Rosa Rosa, donde me tomé unos espaguetis con salsa de espárragos y nata y con tomate natural, jamón y rúcula realmente exquisitos. Llega el tiempo de los espárragos...

sábado, 12 de abril de 2008

Rojinegros los colores

Esto de semicompartir despacho con una chica muy aficionada al fútbol tiene sus cosas. No sólo en lo que se refiere a ir a ver partidos a algún Sportbar, sino a presenciarlos en directo en el campo correspondiente. Tercer partido de fútbol que veo en Alemania, tras apoyar al Carl Zeiss de Jena y al Greuther de Fürth. Así que ayer fuimos a Nuremberg, a ver el partido del FC Nürnberg contra el Wolfsbug, de la Primera liga alemana. Me resulta raro que un partido de fútbol se celebre un viernes por la tarde, pero como dijo mi compi "no se espera que trabajes mucho un viernes por la tarde, así que podemos ir sin problemas".


El rojo y el negro son los colores del FC Nürnberg, por lo que no me resultó muy difícil animarles, aunque ustedes saben que donde estén el verde y el blanco... que por casualidad eran los colores del equipo rival. Mala cosa. Pero hay que ser bueno, el Nürnberg está luchando por mantenerse en la primera división alemana y merece que le apoyemos en ese trabajo.

Cuatro personas del instituto partimos de la estación de tren de Bayreuth a las 6 de la tarde. Lo interesante de la entrada al partido de fútbol es que incluye la llegada al campo de fútbol en tren, así que fue un gasto que nos ahorramos, por lo que los 27 euros de la entrada están completamente justificados. Y tras llegar a Nuremberg en tren regional, búsqueda del andén del S-bahn, con bastante gente. Llegamos sin problemas al estadio, que también tiene nombre, el Easy Credit Stadion, situado en el sureste de la ciudad. Bonito y reformado, el mejor de los que he visitado hasta el momento, se nota la primera división. Y cubierto. Una palabra nueva me inventé en alemán, ein Tripode, para justificar en el control de seguridad lo que llevaba conmigo. Parece ser que en alemán, y con toda su lógica, se dice ein Dreifuß. Pero me entendieron, que es lo que cuenta.

Easy Credit Stadion

Buena posición la que teníamos, en la Gegentribüne, desde donde se podía todo perfectamente. Aparte de las tribunas, en alemán los goles son Kurve, así que tenemos el Nordkurve, donde están los aficionados más radicales, y el Südkurve, donde tienen reservado un espacio para los aficionados más ruidosos del equipo rival. Por cierto, el you'll never walk alone, a lo Liverpool, parece ser una canción comodín en cualquier campo alemán que se precie.

Antes del partido

Nordkurve

Verdiblancos los colores del equipo rival

¿Y el partido? Pues empezó bien. El Wolfsburg falló un penalty y el Nürnberg se fue al descanso con un gol de ventaja, 1-0. Y nada más, porque empezó a llover y finalmente el partido se suspendió. No es que diluviara, no era para tanto, pero el campo estaba encharcado en el descanso. De hecho una pelota que se dirigía a la portería del equipo visitante, gol seguro, se vio frenada por el agua y no llegó a entrar.

La lluvia apareció poco después de empezar el partido

Curioso cacharro para secar el campo

Pero sólo había un vehículo de esos, así que para la otra portería se tuvieron que buscar otros medios más tradicionales

Hasta 45 minutos nos tuvieros esperando, momento en el que se tomó la decisión final, que no fue recibida con alegría por parte de los aficionados locales. Con esto de que en los campos alemanes se puede comprar cerveza, a alguno que otro parecía que le iba la vida en que el partido continuara. Así que iniciamos la retirada, con bastante gente y bajo la lluvia. Tuvimos que esperar al segundo tren con destino a la estación de Nuremberg porque el primero estaba lleno. Esto de juntarse con los alemanes es curioso, porque se aprenden muchas cosas de su idioma, y muchas canciones y frases coloquiales. Por cierto, parece ser que hay algo de rivalidad con el Greuther de Fürth, de hecho llegué a ver una bufanda de un seguidor del Nuremberg donde aparecía las palabas Fürth y Scheiße. Y supongo que una canción con la misma música que Unser Kleeblatt, de los aficiondos del Fürth, no sería precisamente muy amistosa. La rivalidad existe en todos sitios...

Con tres de mis acompañantes

Y tras la llegada a Nürnberg Hauptbanhof, bastante mojados por la lluvia, nos tocó esperar al tren destino Bayreuth, con algo de frío. Geniales los trenes alemanes, funcionando hasta las doce y pico de la noche. Y así acabó la aventura, supongo que tendremos que volver a ver cómo se desarrolla la segunda mitad del partido...

lunes, 7 de abril de 2008

Hacer el mal

El que les habla está a punto de cruzar esa delgada línea que separa los buenos modales entre vecinos del terrorismo vecinal. Cada día se supera la cosa, y se centra en el electrodoméstico común: la lavadora. Nunca he vivido en comunidad. Bueno, sí, en Sevilla lo hice por año y pico, pero como yo tenía mis horarios apenas interaccionaba con el resto del mundo. Hablé dos veces con los vecinos de abajo, otro par con una chica que ofrecía una habitación en el primero pero que ya la había alquilado, y con mis vecinos de al lado para preguntar si tenían un día problemas con la presión del agua. Nada más.

Aquí es diferente, y empiezo a recordar esa gran serie llamada Aquí no hay quien viva. No tengo lavadora en mi casa. Es lo único que falta. Eso y el microondas. De hecho hay espacio en el baño, con su instalación y todo, pero hasta ahora nada de nada, así que me toca usar la lavadora común que hay en el sótano. No es problema, funciona con fichas que hay que comprar a la simpática portera, esa amable señora que me clavó 10 € nada más llegar por poner mi nombre en la puerta de mi casa, en mi buzón y en la puerta de la calle. Ah, y que me trató casi como un delincuente porque no fui a dárselos justo después de ver mi apellido puesto y tuvo que recordármelo. ("No se le ocurrirá a esta tía pedirte 10 € por ponerte el nombre en la puerta, ¿no?" me decía MJ el día de la mudanza. Tampoco ella se enteró muy bien. "No creo, me parece que se ha referido al precio de las fichas de la lavadora" dije yo. No era así por lo que se ve...).

Prosigo, la lavadora es la fuente de conflictos del edificio. Para empezar, por sus horarios: días normales hasta las 8, sábados hasta las 6 y domingos y festivos prohibido lavar la ropa. Empezamos bien, los que trabajemos hasta tarde nos aguantamos y punto. Si quieres usarla, se puede reservar en el cuaderno que hay junto a la máquina. Pero esto de las reservas es una trola, aquí cada cual hace lo que le viene en gana, y como yo no voy a ser más alemán que los alemanes, así empezaré a actuar yo también. Como tenga que lavar la ropa un domingo, lo haré sin problemas. ¡Pero si está en el sótano! ¿A quién molesta?

"Mi favorito para hacer el mal es el HF", frase de un amigo castellano, fue lo que se me vino a la cabeza el día antes de volver a España por Semana Santa. Yo había reservado de 7 a 8, llegué a las 6.30 y había ropa dentro, con la lavadora terminada. Hice lo mismo a las 7 y a las 7.30 y allí dentro seguía la ropa. Alguien se había olvidado de que yo venía detrás. La última vez me crucé con la responsable en el ascensor, una chica algo menor que yo a la que pregunté si era suya la ropa y que si había terminado. Me dijo que sí, así que subí a casa a por mis cosas para proceder a poner mi lavadora, pero la muy alemana tras olvidarse su ropa por más de una hora dentro de la máquina tuvo el descaro de poner otra. Vamos, que se había reído en mi cara. Y no contenta con eso volvió a olvidarse de su colada. Así que a las nueve y pico decidí abrir la puerta del cacharro, sacar su ropa, dejarla sobre las bolsas que tenía allí y poner la mía.

Pero lo más divertido acaba de pasar hoy, día en el que había reservado de 7 a 8 también. Hoy había otra lavadora terminada y una nota que decía algo así como "Bitte Wäschen, in Wanne. Komme erst um 20.00." ¿Qué diablos será Wanne? Hala, a subir a casa a ver el diccionario. En efecto, significa cubo o pileta, y supongo que se referiría al que estaba junto a la lavadora. Otra vez tocaba sacar ropa de gente extraña, y esta vez eran trapos y cosas similares. Ah, y restos de una naranja. Sí señor, eine Orange, supongo que para perfumar los trapos, a falta de detergente.

Eso no se me podía escapar, así que puse mi ropa rápido y subí a casa a por la cámara para retratar tal momento. Schade, porque cuando llegué me encontré ya allí a la propietaria de la fruta, y no era plan, así que se han perdido ustedes un documento la mar de interesante. Por más que se lo he explicado a la señora no se lo creía: "que no, que la naranja estaba dentro de la lavadora". Se ve que la mujer no la introdujo allí conscientemente.

Lo dicho, a partir de ahora llega la ley de la selva...

sábado, 5 de abril de 2008

Kirschbäume

Poco a poco, y a pesar de que hace apenas una semana nos encontrábamos bajo la nieve, e incluso con unos pronósticos algo fríos para la semana entrante, la primavera parece ir llegando a Alemania. Y uno de los indicios que indican tal situación son los cerezos y sus flores rosas características. Al españolito común, nada más escuchar esta palabra se le viene en mente el famoso Valle del Jerte, al norte de la provincia de Cáceres, en el que a finales de invierno o inicios de primavera se pueden observar paisajes prácticamente paradisíacos debidos a la floración de estos árboles. Recuerdo haber ido algúna vez de más peque, pero una visita más pausada es otra de mis múltiples tareas pendientes.

Yo ya los había visto aquí en Bayreuth, tanto en la Universidad como camino de ella, junto a mi casa. Además, esto de trabajar con japos me permite aprender muchas cosas, y es que el cerezo es toda una institución en el país del sol naciente. Allí también parece ser un espectáculo, y con razón. Aquí en Centroeuropa nos tenemos que conformar con algo más modesto, pero bonito al fin y al cabo. Ayer viernes bajé al parque que hay al lado de mi apartamento y decidí sacar algunas fotos. Y como estamos en primavera, cielo nublado y amenaza de lluvia.


Cerezos en flor cerca de mi casa

¿Significará esto que realmente hemos dejado atrás el invierno? Añoro el buen tiempo y poder salir en mangas cortas a la calle por algo más de 1 minuto. De hecho esto no se produce desde ese espléndido último fin de semana de Septiembre, con mi primera visita a Dresde. Todo apunta a eso, lo cual es motivo de relativa alegría. Creo que visitar las ciudades de Alemania en primavera debe ser todo un espectáculo. El que no se consuela...

miércoles, 2 de abril de 2008

Macht es alles einen Sinn?

Lo de ayer no fue más que un espejismo, hoy hemos vuelto a las andadas. La percepción de las cosas cambia bastante si se está descansado o no, y esto se puede determinar según la actitud que se tiene nada más despertarse por las mañanas. En el día de ayer, sin que sirva de precedente, me quería levantar, no necesitaba quedarme más en la cama, notaba que había descansado, por fin, y tenía ganas de hacer cosas, todo con un fantástico estado de ánimo y con bastante energía. No me pregunten por qué, no sabría decirles la causa, pero era así. Quedaba demostrado que no importa la cantidad de horas dormidas, sino la calidad de ese sueño. Hacía tiempo que no me sentía así de bien. Lo que cambiaría mi vida de ser esa la tónica general...

Pero tal y como vino, se fue. Hoy hemos vuelto a lo tradicional, a sentir ese elefante sobre mí nada más despertarme, a intentar consolarme pensando en que quedaba menos para el sábado, día en el que podré dormir el tiempo que quiera, a pensar en que justo al llegar a casa podría meterme en la cama de nuevo, obviando que a las 8 de la tarde, como de costumbre, no tendría nada de sueño, me pondría a hacer lo de siempre y volvería a llegar la una y seguiría sin ganas de dormir. Pero volviendo a lo de antes, no se trata de la cantidad, sino de la calidad, y lo segundo no lo puedo controlar. Este cansancio es el que se acumula día tras día, mes a mes, año a año, y el que se une al panorama casa-instituto-casa-paso del tiempo-vuelta a empezar.

Cuando hoy llegaba a casa tras un aciago día, el hecho de pensar que el próximo sábado una compañera de trabajo nos ha invitado a cenar, pidiéndonos que llevemos algo, me resultaba profundamente estresante. Es como si lo viera, me levantaré tarde, de nuevo sin energías y seguramente con el cuerpo hecho un asco por haber dormido más de 10 horas, 12 incluso, teniendo que hacer la compra, limpiar y preparar la comida. Sentiré que no me dará tiempo a llegar a la hora de la cena. Y eso que se supone que es sábado. ¿Y los domingos? Hasta las cosas que en teoría deben ser relajadas y para disfrutar se convierten en algo problemático. Ya no tiene sentido ni preguntarse la razón. Sólo hay que seguir asumiendo lo que hay...