Y con esta excursión terminamos el fin de semana en tierras sajonas. Domingo, algo de frío por la mañana pero con un sol espectacular. ¿Qué mejor que hacer un viaje por un Parque Nacional? En concreto disfrutamos de las bondades de la Suiza Sajona, en una ruta por el valle del Elba, zona sureste de Dresden. No sólo en coche se puede visitar esta zona, sino en barco, aunque es en automóvil como mejor se disfruta de la naturaleza, pudiendo llegar a los lugares más pintorescos. Dos días se necesistan para ver la totalidad del parque y sus alrededores con tranquilidad, así que tuvimos que seleccionar lo más destacado.
Tras el desayuno en el hotel y posterior recogida, salimos de Dresden hacia el sureste por la carretera B172, parando en Pirna, ciudad de unos 40.000 habitantes y puerta de la Suiza Sajona. Aquí destacan el Markplatz y la Marienkirche, del siglo XIII, cuyo interior no pudimos visitar por estar cerrado pero que, según parece, su visita es altamente recomendable, en especial por sus bóvedas.
La siguiente parada es el Festung Königstein, construido también en el siglo XIII para el Rey de Bohemia y transformado a finales del XVI en una fortaleza, en lo alto de una montaña. Tras aparcar e ir andando a la entrada, se sube en ascensor. Pese a su aspecto, nunca tuvo uso militar. Más bien era un refugio e incluso llegó a ser usado como cárcel en la Segunda Guerra Mundial. El Estado Mayor francés pasó algo de tiempo en esta fortaleza. Además de los edificios, lo mejor son las vistas del valle del Elba, y más en un día claro como el que nos tocó en suerte.
Siguiendo por la misma carretera se llega posteriormente a Bad Schandau, pequeña localidad de apenas 3.000 habitantes en centro del parque y lugar donde se encuetra la Nationalparkhaus. En esta localidad hicimos un receso y tomamos unas salchichas alemanas. Desde aquí se puede tomar un tranvía para ver la Kirnitzschtal, en dirección este, pero es algo que requiere tiempo, que no era precisamente lo que teníamos.
Por esa razón, iniciamos el regreso hacia Dresden, pero por el margen derecho del Elba, dirección Hohnstein y su castillo, que obviamos para centrarnos en uno de los puntos más espectaculares del parque: el Bastei, una estructura natural de acantilados y pilares de piedra arenisca que se levantan unos 300 m por encima del Elba. Desde aquí también se pueden disfrutar de maravillosas vistas del parque, con sus formas, gargantas, valles y montañas. Algo de hielo se podía ver en el suelo. Sí, hacía un poco de fresco, y viento.
La penúltima parada, camino de la capital, es el Schloss Pillnitz, con sus palacios de estilo chino, neogótico, renacentista y barroco, entre otros, y sus jardines a la orilla del Elba. Esta era la residencia de verano del Rey Augusto II el Fuerte de Polonia, que se traía a los invitados desde Dresde en barco. Además de museos hay incluso una Iglesia de los viñedos, Weinbergkirche. Buen sitio para pasear y disfrutar una tarde de domingo, preferiblemente con tiempo y con tranquilidad.
Y el final de la excusión, ya en Dresde, es el Blaues Wunder, un puente colgante de acero sobre el río Elba construido a finales del siglo XIX y que aún está operativo. Por desgracia no lo pude visitar, el tiempo apremiaba, pero les dejo una foto para que lo vean.
Y con esto, fin del viaje y regreso a casa. Más ciudades y sitios para la lista alemana...
4 comentarios:
Bonito, bonito, no deja de hacer excursiones, algo de envidia da, caballero...
Y luego dicen que Alemania es sosa y gris..gracias por dar en la cara a quienes así piensan. Jejejej, gracias por las fotos!
Qué chulas las fotos!!!
Pues sí, das envidia de la sana por haber podido estar en esos sitios...
¡Un abrazo!
Nice blog! Time for me to go there as well... it looks magnificent :)
Muchos saludos neoyorquinos!
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