miércoles, 4 de enero de 2006

Los misterios de la (mi) mente humana

Inexplicable, o sí. De repente todo son dudas, inseguridades, abatimiento, y ¡tin! la situación cambia por completo. No hay término medio, o un extremo o el otro. Ganas, ilusión, iniciativa, seguridad. Esa es la etapa actual. Supongo que porque el año ha acabado bien, dando fin así a un horrendo cuatrimestre final que se inició una vez volví a España y bajé del avión en el aeropuerto de Sevilla. Y es que el afecto hace mucho, por poco que sea. El sentirse ligeramente querido, apoyado y valorado. Gran déficit de mi existencia, aunque gran parte de culpa supongo que es mía.

Personas que van y vienen, que también tienen sus rachas. Personas que ni van ni vienen. Personas un poco falsas e interesadas. Personas malas, que también las hay. Condición humana, que ya dije anteriormente, fecha de caducidad.

Empezar a tener mi vida, mi espacio, mi tiempo, mi tranquilidad. Tomar decisiones no es fácil, y menos en mi caso, la indecisión personificada. Tampoco es nada del otro mundo, así se independiza cualquiera, me digo yo mismo. Pero la (mi) mente no es ideal.

Mañana primer intento serio: cena de año nuevo con toda la comida que nos sobró el nochevieja. Allá vamos.

No hay comentarios: