jueves, 1 de octubre de 2009

Cambio de conceptos

Vitales. Evolución, que es la palabra que quizás se pueda usar en este contexto. O madurez, o cambio de perspectivas. Si hasta hace no mucho tiempo el concepto que definía mi vida y con el que más me identificaba era con el de insatisfacción, ya sea personal o profesional, ahora lo que se lleva dentro de mí es la sobrevaloración. He pasado de pensar que la vida no es nada especialmente destacable, que debe haber algo más, que siempre se puede hacer mejor y que casi nada tiene sustancia, a pensar que todo en esta vida está sobrevalorado. Y no sólo hablo sobre los bienes materiales o económicos, sino también sobre todo lo concerniente a las relaciones entre las personas.

6 comentarios:

acolostico dijo...

Pues hace poco pude volver a catar una Köstritzer, y que rica esta, nada sobrevalorada... ;)

Clausius dijo...

Cierto, la Köstritzer de barril que me tomé en Halle hace dos semanas no tiene precio...

Y en plan off-topic que se me acaba de ocurrir: lo curioso es que mientras mucha gente, la mayoría creo, tiende a sobrevalorar lo que hace, ya sea laboral o intelectual, hay ciertas personas que justamente hacen lo contrario, lo minusvaloran.

Guille dijo...

Púf...qué alegría de comentario, no? Y yo que pensaba que el subidón del FDP iba a propiciar un post tuyo bastante alegre?

Abrazos (sobre- o minusvalorados, como tú los veas :)
Guille.

Josete dijo...

Ánimo, casi nada es lo que parece...

Clausius dijo...

Bueno, son sólo reflexiones y parte de las conversaciones que he tenido durante mi estancia en España y en Alemania con amigos, que quería compartir un poco con el resto del mundo, sólo es eso :)

De todas formas eso de la sobrevaloración quizás sea lo que ha sucedido en nuestro país en los últimos años, que todo, especialmente lo económico, se ha sobrevalorado. Y quizás uno se dé cuenta de estas cosas más fácilmente cuando vive o ha vivido en el extranjero. ¿No creéis?

Saludos y danke por las visitas, lecturas y comentarios.

Anónimo dijo...

Pues yo pienso que las relaciones personales casi nunca están lo suficientemente valoradas. Y no lo digo sólo porque ahora las eche de menos.

PD: Este año los cajistas sufriremos menos. Ya veréis.