viernes, 9 de enero de 2009

Llegando

El comandante del vuelo nos informó al aterrizar que ahí fuera teníamos -10ºC. No lo parecía. Nieve a un lado, probablemente hielo, nieve al otro, pero justo donde tenían que tomar tierra los aviones todo estaba limpito. Igual con las autopistas y carreteras que se veían desde el aire. Para que este país se colapse tiene que acontecer una catástrofe de importantes dimensiones.

Hoy Bayreuth estaba más bonita que nunca. Ese sol que tanto me ha faltado en el sur de Europa durante los días pasados ha estado escondiéndose aquí. Un cielo claro, clarísimo, azul. Un amanecer sencillamente espectacular, con casas humeantes incluidas. Y todo blanco. Hoy los que no conocieran la ciudad no hubieran podido distinguir el lago junto a mi casa, porque no había tal. Cualquiera hubiera dicho que era un trozo más de terreno cubierto por hielo y nieve. Mi compañera de despacho me ha dicho que esta mañana su termómetro marcaba -15ºC. No hace tanto frío, o al menos yo no lo siento. Será la alemanidad que empieza a apoderarse de mí...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo más bien diría que es la calefacción y el abrigarse como se debe...

Pero veo que bien el regreso...

Anónimo dijo...

Willkommen zurück!
Si puedes, vete a caminar sobre el lago...si no hay riesgo claro. Dile a alguien que vas a ir primero, a ver qué te dice :)

Un saludo!

G.