viernes, 17 de agosto de 2007

Y llegué a Jena


Ahí tienen la torre de las narices vista desde mi habitación por la noche. El primero de Agostó llegó y mis cortas y breves vacaciones se terminaron. Bueno, finalizaron el día 31 de Julio, cuando emprendí el viaje hacia tierras alemanas. Esta vez no era por un par de semanas ni siquiera por un par de meses o tres, como había sido anteriormente. Esta vez me iba para vivir allí. Algo inquieto, sin darme aún cuenta de lo que esto significaba, sin saber qué echar en la maleta, si mucho o si poco, si centrarme en el verano o llevar ropa de invierno, si iba a volver a finales de Agosto a por el coche o no... muchas dudas para tan poco tiempo de reflexión.

Al final traté de llevarme lo menos posible, por no cargar con mucho peso. Es decir, colección básica de ropa, ordenador y libros. La primera en la frente fue en el mostrador de Clickair, sobrepeso de 5 kilos que había que pagar, porque "nosotros ya no somos Iberia sino clickair, que es una compañía de bajo coste" así que a aflojar 30 aurelios. Simpática la chica. Y encima el vuelo desde Sevilla a Frankfurt lo han quitado, con lo bien que me venía. Dicen que no es lo suficientemente rentable, aunque ese día el avión iba prácticamente lleno. Se escucha que a lo mejor ponen una ruta a Munich, a ver si es verdad, porque apenas hay conexiones de Sevilla con Alemania. Y viajar a la Alemania del Este es toda una historia, os lo puedo asegurar.

Aterrizaje en Frankfurt a las 12, recogida de la maleta, que salió la primera, y paseíto a la estación de trenes. Allí tomé un ICE a Weimar y luego un regional a Jena, donde me estaba esperando uno de mis futuros compis de trabajo. Y el siguiente paso era ir a mi casa. Yo ya había visto que estaba cerca de la estación Jena West, donde yo llegué, pero en los mapas no se ven las cuestas. Tremendo desnivel para llegar a lo que tuve que sumar las escaleras a un tercer piso, con una maleta de 25 kg de peso, el portátil y una pequeña maleta con libros.

Mi casa está bien. Vivo en una especie de residencia de la Universidad que consiste en apartamentos individuales. Mi habitación es bastante grande, con dos camas y varios sofás, muebles, televisión y baño. La cocina, con su microondas, horno y lavavajillas es para compartir con otros 3 apartamentos, aunque nunca coincidimos. El problema es que no tiene conexión a internet, aparte de su ubicación. Está en una montaña, y mi instituto está en otra. En medio hay un valle donde está el centro de la ciudad y por donde pasa el río Saale, y este es el principal problema en la ciudad, mis desplazamientos. Todos los días acabo empapado de sudor tras los esfuerzos para subir las tremendas cuestas que hay por aquí, cargando con el portátil y claro, eso no es agradable. Media hora de paseo de ida, media de vuelta y otro par de quince minutos para bajar a comer a la ciudad... no es que sea la situación ideal. Hoy he decidido dejar el portátil en el Instituto entre semana, porque llevarlo y traerlo es un esfuerzo inútil. También ahora hace algo más de fresco, lo que se agradece.

Laboralmente, va bien la cosa, pero ese no es el tema. Y como principal duda en la actualidad es la cuestión del coche, si traérmelo o no. Tampoco tengo seguridad sobre mi residencia final, incluida la ciudad, así que creo que quedará pendiente.

Pues eso, este es el resumen de mi situación actual. Poco a poco intentaré seguir escribiendo y contendo mis aventuras y desventuras. Síganlo, que es gratis...

2 comentarios:

RCB dijo...

Bienvenido a Jena. Ya nos contarás que tal es vivir por allá. Yo estuve una vez y no me quedó una muy buena impresión que digamos, pero quizás la ciudad tiene algún encanto escondido. Saludos

Marta Salazar dijo...

tienes que comprarte una motoneta!

hay unas BMWs con plástico arriba... cómo lo explico? tienen como una jaula transparente que te protege del frío y hasta tienen calefacción (me contaron), ja ja!

pasa a vernos a Bonn! O te iremos a ver a Jena!!!

No's cierto René? Vamos a verlo?