Ya les comentaba hace unas entradas que el lago junto a mi casa había empezado a congelarse. Iluso yo por aquel mes de Noviembre, porque pasadas las navidades, y tras las gélidas temperaturas sufridas, el proceso natural de congelación llegó a sus últimas consecuencias. Tanto que si usted, querido lector, no conociera la ciudad, hubiera dicho que el terreno ocupado por el supuesto lago es en realidad un trozo de tierra más, cubierto por la nieve.
Idílicas imágenes, la verdad, sobre todo por el también idílico sol que tuvimos esa primera semana de Enero. ¿Qué hacer pues? ¿Se puede caminar sobre él? Uno, que viene del sur de Europa, tiende a pensar que puede ser peligroso, que de repente se puede romper el hielo y a ver cómo se sale de allí. Pero en cuanto vi que para los alemanes aquello era lo más normal del mundo y que familias con niños incluidos disfrutaban de la nieve, la respuesta llegó sola. Tocaba disfrutar de algo totalmente nuevo para mí, porque el año pasado no tuvimos tanto frío.
Desde entonces el lago sigue congelado, aunque ya no está blanco. De hecho tras las últimas lluvias parece que poco a poco vuelve a retomar su estado original. Aún quedan por llegar algunas nevadas, aunque también es verdad que la primavera está cada vez más cerca...
3 comentarios:
Caminando sobre las aguas.... me suena me suena...
Y aquí ya e sprimavera, en el corte inglés...
Es una sensación que me falta por experimentar, tomo nota...
Qué envidia.... echo mucho de menos patinar sobre hielo :-(
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