martes, 3 de abril de 2007

Conversaciones en los Estados Unidos 1: Los idiomas

Voy a intentar recuperar algunas de las conversaciones más interesantes que he tenido durante mi estancia en California, rescatando frases breves que me sorprendieron y que hacen reflexionar. Compartir mesa y mantel con personas de diferentes nacionalidades da para mucho.

Y hoy empiezo con una referente a los idiomas y la mentalidad de sus hablantes. Creo que fue de las iniciales, cuando mi jefe organizó la primera cena en su casa. Aún estaban los madrileños, que prepararon ensaladilla. Yo, para variar, acudí con mis tortillas de patatas.

En esa cena había algunas mujeres argentinas. Una de ellas vivía en Israel, de hecho se había casado con un hebreo, que era investigador y supongo que amigo de Brad. Durante unos meses estaban de estancia larga en California, quizás era un año sabático. Tenían dos niños: una chica de unos 12 años y un pequeñín que tendría alrededor de 5 m, algo travieso. La chica, bastante tímida, hablaba hebreo e inglés y decía que entendía algo mi español. De ahí creo que vino el tema de los idiomas, y es que en aquella mesa había hasta cinco distintos: inglés, español, hebreo, italiano y ucraniano, sin contar mi alemán básico ni el francés de mi jefe. Esta mujer argentina afincada en Israel nos comentó cómo varía la mentalidad de cada país según su idioma, y nos puso un ejemplo, comparando el alemán con el hebreo. La palabra era "llave". En alemán es Schlüssel, masculino. Se parece al verbo cerrar, schliessen. Una llave, en alemán, sirve para cerrar una puerta, semánticamente hablando. Dicho de otra manera, se asocia llave con el hecho de cerrar. Sin embargo, en hebreo es todo lo contrario. No recuerdo cómo se dice llave en ese idioma pero estaba relacionado con el verbo abrir, algo diametralmente opuesto.

Bonita reflexión, ¿no les parece? ¿Hasta qué punto nuestro idioma nos condiciona a ver las cosas de una u otra manera? ¿Hasta qué punto nuestra mentalidad y posición ante los hechos dependen de nuestro idioma? O visto desde el otro lado, ¿es nuestra forma de ser la que hace que tengamos estas diferencias en los idiomas? Dicen que hubo toda una época reciente de la Filosofía, el subperiodo lingüïstico, que se dedicó, entre otros asuntos, a estos temas.

2 comentarios:

Marta Salazar dijo...

es muy interesante!

Marta Salazar dijo...

comentario de una sra. alemana del Perú hace tiempo:

la muerte en castellano es femenina y en alemán, der Tod es masculino....

comentario de una amiga bávara, también hace mucho tiempo:

Fasching (sur de Alemania) y Karneval (Rheinland y otras regiones) son, ambos, masculinos...

y mi amiga prosigue:

"todas las cosas locas en alemán son masculinas".

:-)