domingo, 26 de febrero de 2006

Otra vez

Estas fotos muestran el resultado del robo en una calle residencial sin apenas circulación en una localidad del área metropolitana de Sevilla y posterior aparición en un descampado del coche de mi querido progenitor hace unas tres semanas.

Debido a eso, presté mi vehículo a mis padres, que ya sufrió algo similar. Pues, aparte de las imágenes mostradas, además, en el apenas diferencial de tiempo que lo hayan tenido fuera de garaje, un angelito rayó contundentemente las puertas del lado derecho de mi coche, a mala leche, con ganas de hacer daño y sin venir a cuento. Me suena a que habría algún gorrilla por ahí que no se tomaría bien que no le pagara cuando aparcó, sin que nadie viera la existencia de tal individuo.

Es el mal por el mal, no lo comprendo. Y no les pasa nada. Ayer estaba totalmente hundido, no por el hecho en sí, que al final se terminará arreglando, sino por la situación. Siempre lo mismo, una sensación de indefensión tremenda, este es el paraíso para los delincuentes.

Si tienes en cuenta la gran cantidad de dinero que te roban legalmente los gobernantes para luego dárselo a esta gente, que evidentemente reciben todas las ayudas posibles del Estado (ojo, a quien realmente lo necesite claro que hay que ayudarle) y luego le sumas el dinero que inviertes en paliar los robos y hacer reparaciones por los actos de esta gente, resulta que se te va una buena cantidad pecuniaria. Hártate de estudiar y de trabajar para luego hacer cuentas.

Hay veces que me da asco este país, y en especial, mi ciudad, lo digo así de claro. Ayer me quería ir, lejos, muy lejos, y olvidar todo esto. No hay derecho, sinceramente.









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