viernes, 7 de agosto de 2009

Ropa o comida

Ese era el dilema antes de voler a Alemania. Una cosa o la otra, porque ambas no cabían en la maleta. Pues bien, aprovechando el nuevo truco aprendido consistente en enrollar camisetas y polos cual salchichón y dejando alguna que otra prenda prescindible en España, finalmente no hubo lugar para tal disyuntiva. Así que gracias a las compras previas, a una buena organización del espacio y a lo obtenido en el aeropuerto, ahora lo que toca es disfrutar en la Bundesrepublik de algunas delicias españolas. No sé, quizás gran parte de estos productos, o similares, se pueden adquirir aquí, pero creo que el hecho de traerlos les da un toque especial, como el de los emigrantes de antaño. Quizás sea ese el destino que nos quede a los jóvenes españoles, ya sea por inconformismo o porque no quede otra salida. Ya lo dije, como antaño...

No todo es para mí

Y así es como se acaba el periodo vacacional veraniego, con este breve artículo insustancial. Tres semanas y cinco países, aunque sólo la última parte fue realmente de descanso. Y una larguísima y prácticamente interminable vuelta. Quizás las del año pasado fueron mejores, pese a que la vuelta también fue conflictiva. Quizás, recurriendo al tópico, se tiende a pensar que todo tiempo pasado fue mejor. Quién sabe. Dejémolos en un distintas. Todo cambia, afectos y planes vitales incluidos. De repente, sin darse cuenta. El paso del tiempo es así de traicionero. Y la distancia, más aún. Sin embargo, al igual que hace un año, la misma compañera de trabajo ha sugerido salir a cenar en este mi primer día tras el regreso. Todo, quizás, tiende también a repetirse. Y así se llega a la típica y tópica contradicción, casi continua. Contradecirse también tiende a repetirse. As usual. Como también lo es escribir a estas horas. Eso, no cambia. Lo que está claro es que, desde este momento, hay que seguir con lo habitual, al menos durante un mes. Luego, ya veremos...

2 comentarios:

Radar dijo...

Acabaré comentando en entradas más modernas, pero es que ha sido ver esa foto y entenderte perfectamente. Pero aún no has llegado a la fase 2: traerte un jamón serrano en la maleta. Se puede hacer, certificado.

Saludos desde Düsseldorf

Clausius dijo...

No creo que llegue a lo del jamón. De todas formas es más el poder decirle a tus amigos que te has traído cosas de tu país y que pueden venir a tu casa a hacerte algo de compañía...

Y yo no soy el único que lo hace.