martes, 10 de febrero de 2009

Mehr Schnee

Algo cayó a primera hora de la tarde, pero no llegó a cuajar. Todo lo contrario que ahora mismo. Las nevadas nocturnas hacen que las calles aparezcan cubiertas en su totaliadd por una capa blanca. Son las dos y pico de la mañana y no soy el único que aún permanece despierto. Un coche se empeña en fastidiarme la foto y dejar la señal de sus ruedas sobre el ahora blanco pavimento. Un chico con un abrigo rojo cruza la calle andando con su bicicleta y deja sus pisadas. Yo simplemente disfruto del inusual aunque no tan nuevo panorama desde mi sexto piso como si el invierno y el frío no fueran conmigo. No es la primera vez que de repente al subir las persianas aparece todo nevado. ¿A qué hora limpian las calles? Porque en algo más de un par de horas, quizás tres, estas estarán sin nieve y se podrá circular sin problema por ellas. Como si no hubiera pasado nada. El invierno...


Madrugada desde mi ventana

3 comentarios:

Josete dijo...

Me encanta la narrativa de esta entrada... desde siempre siento admiración por los que somos capaces de encontrar la felicidad en las pequeñas cosas..
Un saludo, disfruta de la nieve.

Frescosa dijo...

Jeje, la nieve es muy bonita... pero hasta cierto punto. Cuando cae una nevada impresionante que hace que no puedas salir de casa o que circular por las calles sea una papeleta a un suicidio casi seguro, pues ya no está tan bien.

Pero sí, yo soy de aquellos a los que ver caer agua en forma sólida del cielo nos hace feliz por unos momentos, jeje.

Frescosa dijo...

Jeje, la nieve es muy bonita... pero hasta cierto punto. Cuando cae una nevada impresionante que hace que no puedas salir de casa o que circular por las calles sea una papeleta a un suicidio casi seguro, pues ya no está tan bien.

Pero sí, yo soy de aquellos a los que ver caer agua en forma sólida del cielo nos hace feliz por unos momentos, jeje.