Quedamos en que Munich me producía un pequeño desconcierto al no saber clasificarla. Y llegamos a la conclusión que precisamente esa era una de las causas de su encanto. Bien, les voy a contar qué es lo que se puede ver si se dispone de un día, mejor si es de verano ya que al tener más horas de sol más se puede aprovechar. Aún así, yo calculo que para conocer bien la ciudad y algunas zonas interesantes de alrededor hacen falta 3 ó 4 días. Pero uno no siempre dispone de tanto tiempo y presupuesto...
1-Hauptbahnhof; 2-Karlstor; 3-St Michael; 4-Frauenkirche; 5-Marienplatz; 6-Viktualien Markt; 7- Deutsches Museum; 8-National Theater / Residenz; 9-Odeonsplatz; 10-Hofgarten; 11-Englischer Garten.
Hauptbahnhof Lo primero es salir de la estación de tren y seguir todo de frente hasta encontrarse con la
Karlstor, puerta del siglo XIV que indica la entrada al centro histórico de la ciudad. De ahí, también todo recto por la
Neuhauserstraße y
Kaufingerstraße se llega a la
Marienplatz, pero no sin antes visitar la iglesia de San Miguel, renancentista, y la archiconocida
Frauenkirche, cuyas dos torres constituyen inequívocamente el símbolo de Munich.
Karlstor Torres de la Frauenkirche desde la Markplatz Tres son los lugares de interés en la populosa y concurrida
Marienplatz. El primero, el que más llama la atención, es el Neues Rathaus, de estilo neogótico. Se puede entrar y ver el patio interior, con alguna que otra terraza e inscripciones de naturaleza histórica sobre la segunda guerra mundial y las olimpiadas de 1972. Pero sin duda lo más esperado por todos los turistas es el carillón a determinadas horas en punto. Aparte de esto, destacar la
Mariensäule, columna situada en la parte central de la plaza y la
Fischbrunner o fuente del pescado.
Neues Rathaus, Marienplatz Altes Rarhaus, Marienplazt Casi enfrente del
Neues Rathaus se encuentra la iglesia de San Pedro. Dicen que desde lo alto de su torre las vistas son espectaculares. De ahí se puede ir un poco hacia el sur, hasta el
ViktualienMarkt, plaza especialmente llamativa con sus puestos de venta de alimentos en plena jornada comercial.
Peterskirche En este momento, y tras la vuelta a la
Marienplatzt hay dos opciones. La primera, y la que hice yo, fue seguir por el camino que se trae desde la estación del tren, calle Tal, en dirección a la
Isartor y con destino final el
Deutsches Museum, que cierra temprano. Gran museo de la Ciencia de Munich, a la orilla del río Isar, donde se puede encontrar desde la recreación de una mina, hasta aviones a tamaño real, pasando por secciones dedicadas a la Física, a la Química y a otras disciplinas. Interesante, aunque quizás me esperara más ese día.
Deutsches Museum Desde aquí se puede volver al
Marienplatz y seguir hacia arriba por la segunda opción que antes comenté, por la
Residenstraße hasta la
Max Joseph Platz, para mí uno de los rincones más bonitos de Munich, donde está el
Nationaltheater, de estilo neoclásico y que consituye el principal teatro de ópera de la ciudad. Desde la plaza también se puede ver una de las fachadas de la
Residenz, la conocida como
Königsbau. Estoy seguro que merece entrar en la Residencia y en su museo, algo que hasta el día de hoy no he hecho. En este palacio, con orígenes que datan del siglo XV, han vivido los duques y reyes de Baviera, aunque fue en el XVI en el que se construyó el actual edificio. Tarea pendiente por visitar...
Nationaltheater Jardín interior de la Residenz La siguiente parada es la plaza más desconcertante de Munich, la
Odeonsplatz y su
Theatinerkirche, iglesia con fachada de color ocre, algo desmejorada en estos días. Estar en esta plaza me hace olvidar que estoy en Munich, y es que por un momento se podría decir que se ha cambiado de continente. En concreto a mí me recuerda a alguna que otra catedral de
Hispanoamérica. Siguiendo hacia el norte se pasa por el
Hofgarten, ordenado y cuidado jardín de la corte con la sede del gobierno bávaro al final.
Theatinerkirche, Odeonsplatz Staatskanzlei, Hofgarten Un pasadizo subterráneo nos lleva finalmente al
Englischer Garten. Ganas tenía de visitarlo, tras
haber leído sobre él. Inmenso pulmón verde de una ciudad en la que no faltan espacios de este tipo. Y allí que estaba la gente disfrutando de sol, casi en pleno centro de una de las capitales europeas más importantes. Este fue el colofón de la rareza,
"y es que es inglés, ¿qué te esperabas?" me decía días más tarde María José. Un poco bastante caótico, desordenado, limpio, eso sí, pero muy distante de la idea que yo tenía. Una gran pradera. Dos puntos destacados, el monóptero y la
Chinesischer Turm, con el correspondiente
Biergarten.
Vista de la ciudad desde el Monóptero, Englischer Garten Y con eso se puede completar el día. Yo volví andando a la estación de trenes donde me encontré con Pablo. Las 20.30 pasadas eran ya. Tras deambular por los alrededores de la estación encontramos un sitio que nos convenció para comer. Algo de tiempo nos costó. Y, finalmente, vuelta en el último tren destino Bayreuth, con parada en Nuremberg. Salí de mi casa a las 6.30 de la mañana tras haber dormido apenas dos horas y llegué casi a las 2 de la mañana. Lo que viene a ser un día aprovechado. Habrá más sobre Munich...