viernes, 8 de enero de 2010

Las reflexiones postnavideñas

El hecho de haber vuelto a mi trabajo de antes, por la misma carretera de siempre y con la misma gente me ha entristecido mucho. Como si fueran épocas pasadas y superadas de la vida. Y no sé qué hacer ahora, porque las condiciones laborales y, sobre todo, las expectativas, son bastante malas. Ahora mismo no sé si quiero volver a España, quedarme en Alemania o bien dejar de trabajar en investigación. Y eso implica tomar decisiones, para lo cual no tengo gana alguna. Es la sensación de que tú no marcas nada en tu vida, y que a fin de cuentas es esta la que te lleva. No hay apenas capacidad de decisión. Lo que no es necesariamente malo. Sólo muestra que las continuas contradicciones vitales son precisamente eso, parte de la vida, y que finalmente poco influyen.

Me siento raro en mi ciudad, y es que casi nada me ata a ella, y conforme vaya pasando el tiempo mucho menos cosas lo harán. Mi casa, mi trabajo y mis amigos están ya en otras latitudes, aunque eso es también pasajero. Ahora soy un simple visitante. Los españoles, en especial los del sur, son raros. O bien yo me he vuelto muy alemán ya, que también. Me cuesta incluso hablar. Y seguramente siga siendo muy injusto al generalizar, porque es fácil caer en los tópicos. Es lo que vengo pensando desde hace unos meses para acá. Siento que no he nacido en el país adecuado, o al menos en la zona de país adecuada. Ni tampoco en el año adecuado. ¿De volver a España sería esto lo que me espera? Es como volver a empezar de cero, pero esta vez donde en teoría tú provienes, por lo que no quedan excusas. Es además la sensación de que por mucho que hagas, esto no tiene remedio. Como si nada funcionara, como si todo el mundo estuviera desganado y apagado. Y yo el primero...

5 comentarios:

chapulina dijo...

Muy interesante exposición, pero me gustaría mucho que profundizaras en tus opiniones. Imagino que tus frases son producto de mucha reflexión y por ello están ya muy destiladas, pero por ejemplo (como científica en situación similar a la tuya) yo me pregunto:

"las condiciones laborales y, sobre todo, las expectativas, son bastante malas" --> te refieres a la ciencia, a la ciencia *en* *España*, a la industria, a la industria *en* *España*? Qué has visto que te lleve a pensar esto, es conocimiento anecdótico o tienes datos?

"Es la sensación de que tú no marcas nada en tu vida, y que a fin de cuentas es esta la que te lleva. No hay apenas capacidad de decisión." --> tienes más ofertas de postdoc/otros trabajos? Has explorado la situación en la Uni española, sólo en el sur? Has mandado CVs a empresas?

"Los españoles, en especial los del sur, son raros." --> como persona del norte esto me intriga, a qué te refieres?

"Es como volver a empezar de cero, pero esta vez donde en teoría tú provienes, por lo que no quedan excusas." --> En qué sentido, personal, laboral?

Espero que no tomes a mal mis preguntas, creo que tus experiencias son compartidas por una gran parte de "académicos" que hicieron un PhD, siguieron con el postdoc por probar y en algún momento sienten que tienen que tomar el timón de sus vidas y darles un nuevo rumbo. Pero cómo? Nadie te enseña cómo hacerlo.

Muchas gracias y espero que pronto escribas un post más extenso sobre este tema donde profundices en la raíz del desencanto que muchos investigadores sienten.

Firmado: lectora que nunca comenta pero se ve reflejada en tu situación

Clausius dijo...

Gracias por tu comentario, para empezar. Te comento brevemente.

Condiciones laborales: Me refiero fundamentalmente a la investigación. Ahora mismo la única posibilidad relativamente accesible para personas como yo, con dos años de experiencia en el extranjero, son contratos de reincorporación en España de tres años de duración. ¿Y después? Intentar optar a plazas medianamente estables requiere, por la drástica reducción del presupuesto para ciencia, entre cuatro y cinco años más de currículum. No hay manera, salvo pasar más tiempo en el extranjero. Lo de las empresas, pues igual, al menos aquí en el sur, aunque no tengo muchos datos al respecto, no lo he testeado hasta ahora. A mí me gustaría seguir en este campo, en la investigación, pero no a cualquier precio. El dar el paso a la industria implicaría prácticamente decir adiós a mi carrera científica (de esto me di cuenta ayer hablando con mi jefa española). Lo que se me ocurre es hacer más postdocs fuera, ya sea en Alemania o en otros sitios. O bien volver al extranjero cuando se acaben esos teóricos tres años, en caso de conseguir el contrato. No creo que sea especialmente difícil encontrar esto fuera. Pero a saber qué pensaré y cómo estaré cuando toque…

Lo de la gente del sur es básicamente caer en los tópicos. Y en las generalizaciones injustas, claro. Es lo de ser más abierto y más extrovertidos, lo que finalmente termina creando hipocresía porque no te puedes llevar bien con todo el mundo. Relaciones falsas, básicamente. Y una tremenda sensación de que lo que trata la mayoría es escaquearse, hacer lo mínimo posible y pasar de todo. No es que esto no pase en otras zonas o en otros países, pero la sensación que tengo, subjetiva quizás, es que aquí es lo normal.

Lo de empezar de cero es básicamente personal. Al final no tienes vida ni en un sitio ni en otro. Los de un sitio se irán y los del otro, también.

chapulina dijo...

Gracias por tu respuesta. Está clarísimo, es lo que me había imaginado. Es la pregunta de siempre: merece la pena el esfuerzo invertido en nuestra formación si según parece no se reconoce como se merece? hay alternativas mejores a la ciencia? de haberlas, las queremos?

Pero para no caer en el pesimismo/escepticismo que estos pensamientos provocan, a tu frase de que uno parece que no puede elegir, yo creo que sí se puede, se pueden tomar las riendas de la vida y cambiar. Espero que una vez que te toque tomar la decisión lo veas como eso, como una toma de decisión y no como algo "que te pasa" sin que puedas ponerle remedio.

Saludos, y ánimos!

Salvador dijo...

¡Ains...!

Anónimo dijo...

Si eres del sur sabras que la gente es abierta pero "de mentirijillas", que todo el mundo es tu amigo pero sólo a ratos... y que los grupos son muy cerrados.

De hecho, cuando llegas a pasar los 35 las relaciones sociales cambian completamente.

Germanizarse no es malo, :)

Un saludo y suerte.